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sábado, 28 de abril de 2012

El nacimiento de una Ilusión, Manolo Cortés

Luis Carlos peris lo cuenta en Diario de Sevilla
Miércoles de feria del 69. Seis toros de la ganadería de don Carlos Núñez para Antonio Ordóñez, Paco Camino y Manolo Cortés lCURIOSIDAD: En esa Feria suspendió el gobernador Utrera Molina una corrida por falta de toros con el trapío propio de Sevilla
La corrida que significó la eclosión de un torero que iba a ser muy del gusto de Sevilla. Se trata de la tarde en la que Manolo Cortés abría la Puerta del Príncipe tras cortarle tres orejas a una corrida de Carlos Núñez después de que su triunfo se prestigiase por la presencia junto a él de dos figuras tan grandes como Antonio Ordóñez y Paco Camino.


Manolo Cortés, natural de Gines y torero en el que Sevilla depositó muchas esperanzas. Había tomado la alternativa en las Fallas del año anterior, pero estábamos en su primera Feria de Sevilla. A ella llegó con mucho cartel, ya que fue importante la temporada del debut en el primer escalafón, y la prueba es cómo llegaba puesto, en qué carteles y en qué fechas, con qué ganaderías y cuáles eran sus compañeros. 

Manchado se llamaba el tercero de la tarde y el recibimiento lo haría Cortés de una forma inusual luego a lo largo de su carrera, como a contraestilo, con una larga cambiada. Toreó apretado y con empaque a la verónica para dejar un ambiente adecuado para lo que estaba por venir. Con la muleta abrió Manolo con un espectacular pase cambiado en la boca de riego para formar un lío de enorme repercusión. Tanta importancia tuvo la faena que, a pesar de preceder con un pinchazo la media estocada que acabó con el núñez, las dos orejas fueron a sus manos.

Más de media puerta de la Gloria estaba abierta ya para él y a fe que Manolo salió en el sexto dispuesto a que no se le escapase. Tras un quite apretadísimo de frente por detrás, Ordóñez entró en liza para enjaretar unas verónicas de su excelsa cosecha. Cortés salió a revientacalderas y le brindó la muerte de Cumbrero a Diego Puerta, ausente de los carteles a pesar del rabo cortado el año anterior. Arrancó Cortés con unos mayestáticos ayudados por alto para labrar una obra culminada con una estocada de efecto culminante. La oreja que faltaba para franquear la Puerta del Príncipe llegó a sus manos y de esa guisa remataba un éxito que hizo concebir todo tipo de esperanzas sobre su futuro, esperanzas que no todas se cumplieron.

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