Leemos en ElAlmeria.es (suponemos que escrito por Paco Guerrero)
EL Casino de Rociana acogió el pasado viernes una de las múltiples actividades que se programan para este mes de marzo.
Anunciaban los tablones un cartel de máxima expectación. Grande, grande, puesto que esa noche ya citada se había invitado al ganadero Fernando Cuadri y al matador de toros Eduardo Dávila Miura para dar cuenta de un cato en el que se supone que un servidor de ustedes debía hacer el despeje de plaza y dejar expedito un albero sobre el que debatir sobre el toro, que era ese y no otro el título de tamaña conferencia.
Pues al caso hace relatar que el cartel, modificado por la ausencia forzada de Eduardo Dávila Miura con motivo de haber fallecido su abuela paterna ese mismo día, quedó configurado a última hora con el ganadero anunciado, el mayoral de su ganadería y el matador de toros José Antonio Campuzano.
Ganó, pues, en experiencia el trance rocianero y a fe que ante un auditorio bastante amplio, educado y comedido para soportar las casi dos horas de debate, a todos se nos hizo corta la decidida apuesta que la sociedad del Casino de Rociana, concretó en torno a uno de los puntales importantes de la Fiesta. Puntal que, en cuanto al toro, Fernando Cuadri llevó la manija de una exposición muy determinante para concretar aspectos muy jugosos en torno a lo que es la crianza del mundo del toro, aspecto que bien domina en sus aspectos principales, y muy especialmente en el de la genética y la intuición que como ganadero posee.
A su lado, un hombre importante, un apoyo vital, así lo definió el ganadero, como es José Escobar, mayoral de los actuales Cuadri, esos que principalmente le han reportado al ganadero un notable éxito en tierras de Castellón. Circunstancia con la que comenzó su participación en el acto el matador de toros José Antonio Campuzano, quien aprovechó para felicitar a los ganaderos y sobre todo hacer un recorrido sobre la situación actual de la Fiesta en torno al toro, pero sin olvidarse de los otros dos pilares que sostienen la Fiesta como son el torero y el público.
Campuzano se quejó de la poca implicación que a veces tienen los toreros para dejarse visualizar como héroe popular en parte por su dejadez para asumir el compromiso de dejarse admirar y sentirse cercano al aficionado.
Las vivencias de un hombre curtido en el oficio como es José Escobar adornaron con alguna que otra chispa de gracia una velada tremendamente agradable en torno a la Fiesta y a la exquisita amabilidad que derrocharon los anfitriones
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