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miércoles, 26 de octubre de 2011

Dos historias de informática y toreros.

Os cuento dos historias, las dos verdaderas, las dos pueden ser falsas, una es entrañable, la otra es simpática  pero agresiva con la imagen de un matador de toros. Fuimos testigos de ambas
Al toro, vamos con la segunda.
Dos matadores en la veintena, casi treintena, la conversación discurre en un patio de cuadrillas entre los dos espadas, ambos del sur, de mitad de escalafón hacia abajo y  se desarrolló más o menos como sigue:
- Oye a ver si ves no vemos y echamos un rato, nos hacemos un toro, entrenamos...
- Si, que andamos siempre con las bromas y los mensajitos porl mesenyer.
- Si. ¡¡ que lote de reír el otro día con el poguerpoin de la borregona!!
- ¿Oye tu tienes guasap?
- No el que tiene gatitos en la barriga es Luque
- No... si es para los mensajes
- No, si ese tiene guasa en persona y por mesenyer.

Esta otra es mucho más tierna, con mucho más arte y mucho más íntima.
Un eterno matador, no es un eufemismo para evitar tacharlo de viejo, roneando de blackberry, estrenado facebook (editado por un admirador) y definitivamente subido en el carro de la modernidad informática, está comiendo con un viejo amigo en presencia de otros nuevos amigos y un joven matador de toros.
Es la de estos dos hombres una de esas viejas amistades puras, nacida alrededor del toro, de la admiración mutua y el eterno compromiso sin contraprestaciones espurias. Una de esas amistades que no necesita de contacto continuo y permite lagunas de tiempo, que no de cariño.
De repente, en medio de alguna conversación más o menos intrascendente, el matador de toros, figura de esto, pone gesto grave, hace un inciso en la conversación, se queda mirando al antiguo camarada, se levanta, se le pone enfrente y le espeta.
-Escucha, parece mentira, el otro día me mandaste un mensaje al cacharro este- señalando la blackberry- de que si quería ser tu amigo. Después de tantos años, que tu me preguntes de repente eso a mi. ¿Por que? ¿Te he hecho yo algo para que pienses que no soy tu amigo?
El abrazo fue eterno, y la sonrisa picara hace imposible distinguir la broma de lo serio en una amistad tan pura  de dos hombres entrelazados por muchas más cosas que el facebook

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