Castaño y Remendón, ¿ Bravura, fiereza, generosidad protagonismo...? POLÉMICA, QUE BENDICIÓN |
Decepecionaron los Cuadri Los toros de Celestino Cuadri resultaron descastados y deslucidos a pesar de la generosidad con que los lidió la terna y con que los jaleó parte del público El último capítulo "torista" de la Feria del Pilar se saldó con una nueva decepción, esta vez de parte de los toros de Celestino Cuadri, que, salvo el cuarto, resultaron descastados y deslucidos a pesar de la generosidad con que los lidió la terna y con que los jaleó parte del público. - Seis toros de Celestino Cuadri, sin aparatosidad en las cabezas y, aunque de desigual volumen y altura, todos con mucha caja y sueltos de carnes. Corrida descastada y deslucida, salvo el fiero segundo y el alegre, noble y flojo cuarto.
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Espectáculo de Remendón Castaño Y Sandoval en Zaragoza
Toros de Cuadri, serios, con trapío, cuajo y romana, el flojo 3º degolladito y sin resuello; correoso y mirón el 1º pero obediente; noblón a izquierdas sin romper el 2º, orientado por el derecho; calidad y bravura en el enorme 4 de medidas fuerzas; muy noble el hondo 5º sin brío; el 6º se paró mucho.
Tito Sandoval se convirtió en el protagonista de la lidia con la colaboración de su jefe de filas, Javier Castaño, que le puso en largo el gigantesco cuarto de 647 kilos después de un soberbio puyazo. Amarrar por delante como el gran Sandoval es misión dificultosa y cabal. Como en el siguiente encuentro marró, Castaño volvió a ofrecer la posibilidad no sólo de verlo picar, sino de ver a "Remendón" galopar. La virtud de los dos toreros a pie y a caballo fue ofrecer tal espectáculo sin castigar al de Cuadri, que de fuerza tenía el depósito contado en la misma proporción que lleno de calidad. David Adalid dio un gran tercio de banderillas. El salmantino, maduro y cuajado, sin desmonterarse lo toreó sobre la mano derecha con pulso en tres series ligadas de mucho eco. Lástima de un derrumbe a la salida de una serie. Al natural también corrió la mano con largura. Cierre de cercanías con el gas del toro gastado y otra vez el fiasco a espadas que dejaba en nada un premio seguro e importante. Jugó Javier Castaño constantemente a favor del espectáculo y del toro
Barquerito Colpisa Desigual corrida de Cuadri
Seis toros de Hijos de Celestino Cuadri. Corrida honda, de serísimo remate y en el tipo de la ganadería. Un sexto destartalado desdijo. Fue corrida de muy desiguales condición y fortuna. De bravo fondo primero y quinto. Aplomado el tercero. Encastado y vivo el segundo. Demasiado castigado en varas el cuarto. Manso deslucido el sexto.
Frío y distraído de salida el segundo. No galopó ninguno de los seis toros. Y éste, de andares boyancones, menos que los demás. Pero Paulita salió lanzado y, las bambas al hocico mismo, supo arrancar al toro de su raíz y su desgana: brega atinada, seis lances por delante preciosos y, en los medios ya, la revolera de remate. No pudo sustraerse a tanto hechizo el toro, que tuvo la misma guasa al frenarse que al atacar o al revolverse. Tarde rica de Paulita con el capote. No sólo el quite en el primero o esos capotazos tan mandones después. Es que, luego de una primera vara en que el toro estuvo a punto de mandar al callejón al caballo con su jinete, Paulita dibujó tres lances rasgados, de riñones metidos, compás apenas abierto y largo juego de brazos. Emoción mayor. Y después de la segunda vara, todavía salió Paulita a quitar por chicuelinas –dos- y revolera. Difícil el toro, que esperó en banderillas e hizo hilo. Fue el más fiero de los seis.Luego, pinchó la corrida de los Cuadri más de lo previsto o pensado. El tercero, que se estiró de partida, salió desinflado del primer puyazo y llegó a derrumbarse a principio de faena, y eso que Iván García le dio suavecísimo trato; y, luego, se aplomó sin gas alguno. El cuarto, larguísima locomotora de 650 kilos, monumento vivo de la estampa vieja de Gamero-Cívico, cobró tres varas por deseo de Javier Castaño –cómplice de la sangría, el torismo electrostático de La Misericordia- y salió de la tercera batido en duelo.
El periódico de Aragón Tu también, Fernando
La corrida de Cuadri se adueñó de la escena trascendiendo incluso a la labor de los toreros
La corrida que enviaste a Zaragoza, una de tus plazas, tuvo una gran presencia sin ser destartalada, obedeciendo milimétricamente al prototípico toro de Cuadri, hondo, acapachado de cuerna; lució un trapío de lujo por su armonía; se le notó la edad sin ser avisada; tuvo clase y nobleza sin ser bobalicona; sus líneas más estilizadas, lejos de las formas badanudas habituales ofrecen pistas cuyo seguimiento resulta estimulante... Y ese toro sexto, Mostrador, insólito por su pelo colorado, salto atrás en la genética.
Sí, al lote también se le puede poner algún pero, acabarse quizá demasiado pronto. Y pecar de una cierta flojedad que en ocasiones le llevaba a defenderse o a acortar los viajes.
No puedo abstraerme al vínculo entre aquella corrida y la de ayer: si en esta ocasión has reseñado seis toros tan cuidadosamente escogidos, si has embarcado un toro (el cuarto) de igual nombre que el Remendón que te valió el premio al toro más bravo de la feria del año pasado, todo ello es indiciario de que tenías algún tipo de deuda contigo mismo, la necesidad en enjugar sensaciones que solo tú conoces. Me aventuro a sostener esta tesis a riesgo de hacer mío aquel proverbio popular: la sabiduría me persigue, pero yo soy más rápido.
Gracias a la corrida de ayer recobramos el sentido de la importancia del tercio de varas. Ese cuarto toro cinqueño y de 647 kilos que tan grácilmente desplazaba, protagonizó una conmovedora pelea en varas. Javier Castaño puso de su parte la cesión de todo el protagonismo al animal, al que colocó desde la distancia larga.Remendón se arrancó en tres ocasiones recibiendo un castigo como pocos toros esta feria pero aún así tuvo alegría en sus viajes y avivó los tendidos provocando un run run premonitorio y esperanzador.
Por cierto, si a 'Remendón', que así se llamaba el cuarto, le mete de primeras la espada Castaño, a él le piden las dos orejas y al toro, sin duda, le conceden la vuelta al ruedo póstuma.
Luego hay que decir que no fue la corrida perfecta, quede claro. A los cuadris, desde el común denominador de la casta, se les apuntaron carencias. La fuerza no fue sobrada en primero o tercero, éste con excelente galope. Toro con poder fue el segundo, espectacular en dos varas en el caballo aunque siempre le faltó un tranco de más; y también el cuarto, de tres entradas y muy pronto en el último tercio. Quinto y sexto bajaron la nota y el contenido.
ANDRÉS AMOROS en ABC.
El momento culminante se produce en el tercio de varas del cuarto toro de Cuadri: «Remendón», negro zaino, serio, de 647 kilos. Lo deja lejos su matador; lo llama el picador Tito Sandoval con la voz, levantando el brazo, incluso —algo insólito— alzando las manos el caballo, como los de los rejoneadores. El toro se arranca: ¡qué emoción! Todavía galopa de lejos dos veces más, después de haberse encelado con la montera, en la arena. Aunque la suerte no quede perfecta, el piquero levanta un clamor. ¡Qué hermosa puede ser la suerte de varas! Para completarlo, Jesús Adalid clava dos estupendos pares: gran ovación.
La lidia no debe reducirse —como ahora sucede casi siempre— a la faena de muleta. No sólo de muletazos vive el buen aficionado... Perdemos el toreo de capa, los puyazos (se suele aplaudir al picador que no pica), los quites... Demasiada pérdida.
Con toros auténticos, todo lo que se hace en el ruedo tiene interés. Y mérito. Los de Cuadri han sido nobles, encastados; segundo y cuarto, magníficos. Los diestros han estropeado, con la espada, faenas aceptables.
Carlos Ilian en Marca Remendón un monumento a la bravura
Un toro bravo, un torero con afición y un picador celoso de su profesión, hicieron revivir la grandeza del tercio de varas, tan devaluado hace años por la mezquindad de quienes convierten este momento, tan fundamental de la lidia, en una carnicería.
Esta es la historia de una tarde en la que el banderilleo David Adlid puso un par antológico en ese cuarto to toro. La corrida de Cuadri tuvo variedad, le faltó fuelle en el último tercio, pero fue una corrida de toros de verdad. Por eso lució Castaño que lo hizo todo con precisión, que llevó la lidia como un veterano con sentido de su responsabilidad, aunque la espada se le atragantó.
Paulita tuvo agallas ante la fiereza de su primero y porfió con tesón ante el distraido quinto. Iván García lució en varas a su primero, que en la muleta perdía las manos y se pasó en una inútil brega con el sexto
LA Razón
Digna actuación de la terna con desigual corrida de Cuadri
¿Pero que corrida de toros vieron ciertos periodistas? me gustaria expresar mi opinión y mi punto de vista sobre ciertos periodistas, pero claro, no es mi blog y no me parece correcto decir lo que pienso de muchos de ellos....
ResponderEliminarSin duda alguna y bajo mi punto de vista, ayer Don Fernando Cuadri, lidio una gran corrida de toros.