Tres toros con posibilidades de Pereda en la primera de San Miguel

La terna se va de vacío por el mal uso de los aceros

David Mora al natural
Foto Maestranza

Seis toros de Pereda, de buena presentación, descastados y con posibilidades. Primero parado, segundo rebrincado pero noble por el derecho, el tercero, el menos de la corrida, rajado, el cuarto portable y boyantón, el quinto complicado y sin fondo, y el sexto el mejor pero que se aburrió como todo el mundo.
Uno por cabeza, de los tres buenos, buenos sin echar las campanas al vuelo, los pares, los mejores de los seis herrados con el primer hierro de la casa Pereda, fallados a espadas por Fandiño, que anduvo falto de sitio toda la tarde, y por Esaú Fernández que tampoco demostró gran cosa ante el mejor de la tarde, el sexto Firmeza sin cuento de David Mora que se llevó el peor lote.
Fandiño de azul y oro anduvo firme pero...., es valiente pero..., torea con gusto pero esta tarde no ha podido ser. No se ha tirado a matar al cuarto cunado tenía la oreja en el alero de la espada tras una faena intensa pero falta de apreturas si no en las bernardinas finales. Al parado primero que derribó al del castoreño, no le empeñó más que lo debido.Se va como vino no pierde crédito pero no gana adeptos.
David Mora, de rosa y oro, atesora valor sin cuento, ni cuando el aire lo descubrió en su primero ni cuando su segundo le ponía los pitones en el cuello, se quitó del sitio, en torero toda la tarde, cuajó al quinto por verónicas parsimoniosas y gustosas, mato bien a sus dos toros. Un paso adelante, Sevilla se queda con ganas de verlo, un lugar en la feria 2012 asegurado.
Esaú, de blanco y oro, ha recibido a sus dos toros a portagayola, luego del arreón de valor no ha sabido apretar en los lances definitivos con la seda. Con la franela, el primero se rajó pronto, tras tres series de probatura, se quiso arrimar y La maestranza no tragó. Bien en el segundo, que brindó a los areneros de la plaza, en el centro de la plaza comenzó con pases cambiados, bien una serie al natural, luego la faena no acabó de remontar vuelo, a pesar de lo cual hubiera cortado una oreja, pero al contrario que en su alternativa,  no remató con los aceros en el toro que cerraba un festejo que duro lo justo.