La Maestranza.es
Manuel Jesús 'El Cid' y Alejandro Talavante han cortado una oreja cada uno en la segunda corrida de San Miguel. Ambos han protagonizado los mejores momentos del festejo en la apertura y en el cierre, logrando llegar al público con dos faenas serias en las que ha salido a relucir el toreo de calidad que los dos atesoran. El resto de la corrida ha resultado deslucida por el poco juego que han dado los toros de Torrealta.
Ficha de la corrida:
Se lidiaron toros de Torrealta, bien presentados. Buenos primero y sexto y los demás dieron poco juego.
Manuel Jesús 'El Cid', oreja y silencio.
Sebastián Castella, silencio y silencio.
Alejandro Talavante, ovación y oreja.
Dos tercios de entrada en tarde soleada y agradable.
El Cid dio buenos lances al primero de la tarde hasta que el toro clavó los cuernos en el albero y dio una espectacular voletereta. En banderillas se desmonteró Alcalareño después de dos grandes pares y El Cid brindó al público. Toreó desde la primera serie, ligando perfectamente los muletazos en la segunda por el pitón derecho. Sonó la música y la faena creció también al natural con una tanda a más. En las siguientes el toro hizo amago de rajarse y El Cid suplió esta carencia adornándose con bonitos muletazos por bajo. El torero de Salteras se tiró a matar con gran fe y dejó una estocada entera. El público pidió la oreja y la presidenta la concedió.
Castella estuvo entonado en el recibo a la verónica al segundo de la tarde. El banderillero Javier Ambel saludó en banderillas. El diestro francés se las vio con un toro que tenía más que torear, muy montado y que se metía, de ahí que le costara que la faena remontara vuelo a pesar de que empleó tiempo y esfuerzo en ello. Mató de estocada casi entera y su labor fue silenciada.
El primero de Talavante pareció orientarse pronto en la muleta. El extremeño, sin embargo, se mostró firme y le consintió por la derecha para sacar muletazos de mérito. Al natural se pegó un auténtico arrimón para exprimir lo poco que daba el de Torrealta. Fue un Talavante que a base de valor convenció a la Maestranza. Pinchó dos veces antes de dejar una estocada casi entera.
El cuarto hizo cosas de manso de salida y El Cid tuvo mucho mérito al romperlo en el capote logrando lances de buena factura. Este toro tuvo más complicación que su primero y lo tuvo que ir haciendo poco a poco el torero a base de firmeza y temple. Por el izquierdo logró alargar la embestida del toro, pero el de Torrealta se agotó muy pronto. El Cid fue muy superior a su oponente y lo mató de estocada.
El quinto derribó de forma espectacular al picador José Doblado, que pasó a la enfermería. Con el ambiente frío por el aparatoso percance, Castella se enfrentó con un toro muy justo de fuerza y de raza que no permitió el más mínimo lucimiento.
Talavante comenzó con buenas expectativas la faena al sexto. Otra vez firme y decidido, logró dos series de derechazos que levantaron el ambiente de la tarde. Al natural también logró torear largo y despacio, rematando su faena con muletazos bonitos como trincherazos y cambios de mano. Aunque pinchó antes de la estocada, cortó una oreja como premio a una labor que tuvo momentos de calidad.
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