El Juli?, no ¡¡¡¡¡Don Julián!!!!!

Sánchez Dragó se emborracha del toreo de Juli en Nimes y lo canta así
Hizo de todo, y todo lo hizo bien. El toro embestía siempre con la cabeza baja y don Julián se acoplaba a la embestida, la gobernaba, la sujetaba y la aprovechaba sin recurrir a trucos, sin ahogarla nunca, dándole la lidia y la distancia justas, templando, mandando, ligando, cargando la suerte y recreándose en ella con el borde inferior de la muleta a ras del suelo, las zapatillas atornilladas, la cintura hecha junco y los ojos metidos en el alma.
Los espectadores, atónitos, enfrascados, conmovidos, asistían a una lección magistral de tauromaquia. Fue ésta, además de arte, pedagogía. Sacó de su panoplia don Julián todo lo que el toreo contiene. No hubo pase que no diese, lance que no se cumpliera... Redondos, naturales, circulares levógiros y dextrógiros, adornos, trincherazos, dosentinas, espaldinas, manoletinas ortodoxas y heterodoxas, cambios de mano, qué sé yo. La repanocha, señores.
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