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miércoles, 8 de septiembre de 2010

Un gran toro de Arucci y un grandioso Víctor Puerto dan lustre a la alternativa de Colmenares en Ayamonte

Cuatro orejas y rabo de Puerto, dos del alternativado y una de Janeiro ante una excelente corrida de Arucci y Concha y Sierra.

Tarde de muy agradable temperatura, Dos tercios de plaza en la corrida que con motivo de la Virgen de Las Angustias se celra en la plaza de toros de Ayamonte. Ganado de excelente presentación. Tres toros de Arucci, primero segundo y quinto y cuatro de Concha y Sierra. Tercero y tercero bis, cuarto y sexto de muy buen juego el segundo, con el hierro de Arucci, fue premiado con la vuelta la ruedo después de una insistente petición de indulto, el primero, el tercero y el sexto de Concha y Sierra fueron aplaudidos en el arrastre.
Víctor Puerto de rosa y oro con cabos blancos, Dos orejas y rabo tras aviso y dos orejas.
Víctor Janeiro de Blanco y oro, Oreja y Ovación
Pepe Colmenares, que tomaba la alternativa, de celeste y oro dos orejas y palmas.

Interesante tarde de toros la vivida ayer en la puerta de España. Pasaron muchas cosas, una clamorosa petición de indulto para un nobilísimo y bravo toro de Arucci, segundo de la tarde, que el presidente no atendió, por lo que recibió su reglamentaria bronca. Un toro, el tercero, descordado por el picador que fue devuelto y muerto a base de puntilla en la plaza, una alternativa de un torero venezolano, tres horas de corrida, una banda de música de Samouco que suena como lo ángeles y se lanza con Nerva, mi Huelva tiene una ría o Ayamonte.
Al lío taurino, los toros de Arucci muy potables y nobles. El torero de alternativa pasó con dignidad, pero lejos de lo épico y de lo lírico, me dice que le puede servir en Venezuela, pues eso, que le sirva, Ante su primero, que brindó a su pareja, estuvo bullangero en una faena larga que el noble toro le admitió por el pitón derecho, por el izquierdo pasó más apreturas. El hombre cumplió, mató con eficacia al burel y solvento la papeleta. El sexto fue otra cosa, un toro exigente, más serio que el Viti, que pedía la mano baja y la firmeza de un torero se encontró con pases deslabazados por arriba, adornos y mucho toreo hispanoamericano, ayudados por alto mirando al tendido, recortes de muleta y “cositas”. El toro se aburrió y la espada tampoco fue el sostén de la faena.
Janeiro anduvo con sus dos ejemplares en Janeiro, al primero, andarín y gazapón, le endosó una faena fácil, sin apreturas ni compromisos, molinetes, series por aquí y por allí. Ni ante el buen tercero bis,ni ante el quinto de Arucci más parado, ambos picados en exceso, acabo de conectar, a este quinto de la tarde, un toro con recorrido que pedía compromiso, el de Ubrique, lo muleteo al socaire de su nobleza. La espada no le fue propicia en ninguno de sus dos toros, especialmente en el segundo donde pegó un mitin con el descabello y cortó un solo trofeo.
Víctor Puerto ha entrado en dos actuaciones en apenas un mes en el corazón mismo de Ayamonte, su tauromaquia plena de matices, su sentido de la lidia, de los terrenos, de las distancias, su cuarterón de arte sin florituras pero sin complejos, su excelente labor como director de lidia, su momento vital y profesional le permitieron enseñar las virtudes de una gran “Agarrado” de Arucci, sus embestidas nobles, su bravura, su entrega y su inteligencia y sentido del temple, permitieron disimular su falta de fuerzas. Ni un tirón en toda la faena, ni en las chicuelinas del quite, ni en las verónicas de recibo. El toro apenas fue picado por deseo del matador que descubrió el son del toro serrano enseguida. Luego todo lo que hizo fue bueno. ¿Hizo bien el presidente en no aceptar la clamorosa petición de indulto? A pesar de no haber pasado el fielato de una suerte de varas exigente, entendemos que no está la fiesta brava para cogérnosla con papel de fumar. Opiniones hay y habrá. Eso es bueno. La muerte del toro fue de bravo y siempre que se ponía la muleta, aún después del aviso, el noble bravo acudía humillando. Sabemos la vinculación del torero con esta seria casa ganadera y entendemos su dolor al matar al toro. La vida.
Cuando se volvió a la orden de lidia natural, al cuarto de la tarde, con una fea herida en el cuello, se le pegaron dos fuertes puyazos ante la buena pelea del Veragua, pronto se empezó a quedar corto, no se tragaba el tercer muletazo pesar del buen tranco del toro. El manchego se montó en lo alto y cuajó una faena encimista y técnica que le valió las dos orejas tras otra buena estocada.
Tarde de matices, de buenos toros y donde la importancia de Puerto nos deja un excelente regusto de torero importante en este festejo, que si nadie lo remedia, nos hace cortarnos la coleta, al menos en festejos mayores, hasta la temporada que viene. Aquí estaremos

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