Se mantiene la hinchazón de la herida, el injerto de la safena en su femoral paraece ir por buen camino y el torero ya nada con ayuda de un andador por la Clínica del Sagrado Corazón.
La anemia que padece es la normal tras la perdida másvia de sangre y pronto estará solucionada.
Los ánimos de Jesús y de su gente marchan por buen cauce y el banderillero se siente fuerte tras diez días de hospital.
Me alegro enormemente de tu notable mejoría y estoy seguro que en esa cantidad de sangre perdida, no se ha ido con ella ni un ápice de tu casta torera y que si Dios quiere estarás de nuevo en el patio de cuadrillas para demostrar que lo de aquella tarde en Sevilla quedara como una normalidad dentro de esa bendita profesión que tan solo está reservada a hombres valientes como tu. Animo TORERO.
ResponderEliminarAfectuosos saludos de Alejandro Martínez