Rotundo éxito del festival de Almonte.
Buen encierro de Algarra que permitió cortar 14 orejas y seis rabos.
Seis novillos de Luis Algarra de muy buen juego, aplaudidos en el arrastre cuarto y quinto.DIEGO VENTURA y el resto para los matadores JESULIN DE UBRIQUE, MANUEL DIAZ "EL CORDOBES", FCO. RIVERA ORDOÑEZ, JOSE LUIS MORENO, MANUEL JESUS "EL CID" dos orejas y rabo y el novillero Juan Sólis "EL MANRIQUEÑO" que mató un complicado eral de Enrique peña, encaste Núñez vía Pereda, dos orejas. fotos Gilberto
Tarde de mucho calor, lleno hasta la bandera y muchísimo ambiente en la plaza portátil y alrededores. Festival a favor de enfermos deAlzheimer, de la asociación de ayuda al pueblo saharahui y enfermos de fibromialgía de la localidad que empezó con casi media hora de retraso
Una tarde de toros en la que se cortan tantos trofeos, es posible que atore al aficionado cabal, que tantas orejas acaben no dejando ver el toreo de peso, pero en la tarde almonteña, alegre y bullanguera se han vivido pasajes de mucha importancia. José Luis Moreno ha firmado una faena templada de empaque sin tonterías, de mano baja y dominio, de trazos acabados junto a la cadera, de capote bien almidonado y manejado con gusto, de una pureza de formas y un interés in crescendo. Faena larga al quinto de la tarde, de sabor torero y de muchos kilates rematada con una gran estocada.
El Cid, en el que hacía media docena de la tarde, cuajó a un toro complicado, de remate incierto y andarín, el de Salteras lo supo hacer, lo fue mimando, empujándolo hacía delante a base de aguantar y acabo firmando una faena de mucha consistencia e importancia que el público supo vislumbrar, tras lo bronco del novillo.
Abrió plaza Diego Ventura que, en esta tierra de firmes caballeros y recios garrochistas, dio una lección de doma, de poder a los caballos y de someter a los toros, con el tordo Revuelo formó un lío gordo, de plaza grande, de llevar embebida, en los ijares nobles del jaco más de tres cuartos de plaza, la embestida del burel, con Nazarí dejó detalles
y con Juncal demostró su monta poderosa con un caballo nuevo, el rejonazo en todo lo alto preludiaba una tarde de triunfos.
Jesulín, tras un torero comienzo de faena sentado en el estribo de las tablas, no se acabó de entender con el magnífico pitón izquierdo del buen Algarra que le correspondió en suerte, por el derecho lo toreó a placer, sin apreturas y con temple. Su estocada fue fulminante y en todo lo alto
Manuel Diáz es una revolución, al burraco que lidió lo entendió de maravilla, los muletazos al hilo de las tablas sin enmendarse fueron aplaudidos con ganas desde el tendido que se puso de parte del torero. Luego toreo fundamental, hasta que se le pidió el salto de la rana. Es este Cordobés hombre fácil y pronto sucumbió a la mayoritaria petición del público. Magnífica su entrega y su actitud toda la tarde. Mal con los aceros, cosa rara en él.
Rivera, ahora Paquirri, se gustó con el capote ante el dije de Algarra que salió en cuarto lugar, formó un alboroto en banderillas, fácil y espectacular sobre todo el tercer par de poder a poder y con alarde atlético posterior. El toro de mucho tranco y poderosa embestida facilitó su labor muleteril de exigencia y técnica máximas.
El Manriqueño, Juan Solis en el siglo, se las vio en el último trance de la tarde con un eral de Enrique Peña, pluiriempleado hoy como empresario, ganadero, compadre de José Luis Moreno y propietario de la cuadra de caballos. El eral era complicado, rajadito y sin casta, para colmo el chaval se afligió cuando no pudo con él y aquello no levantó vuelo. Un camino largo para ambos, ganadero y becerrista, ambos tienen lo más importante afición, amor propio y buenos consejos, el tiempo nos dirá donde llega cada uno.Manriqueño mató mal y recibió dos orejas cariñosas pedidas por los muchos paisanos que le acompañaban.
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