LLEGARON LA TRANQUILIDAD Y EL TOREO (2-Agosto-1985)
Después de todos los acontecimientos vividos el día anterior, el cuarto festejo trajo consigo la calma y el sosiego. Para reemplazar a los rechazados toros de Juan Pedro Domecq, la empresa trajo una corrida de los Hermanos Sampedro, que estuvo, al menos, bien presentada y algunos toros, como los salidos en segundo y sexto lugares, tuvieron unas buenas condiciones para el lucimiento de los espadas, aunque, en general, adolecieron de mansedumbre y de cierta carencia de fortaleza. Al menos, en cuanto a la presentación de las reses, algo se había ganado y las advertencias gubernativas habían logrado sus efectos.
Antes del comienzo del festejo, en las dependencias de la Cruz Roja se recibió una llamada comunicando la colocación de un artefacto explosivo en las instalaciones de la plaza de toros, por lo que, antes de que se abriesen las puertas para la entrada de los espectadores, fue inspeccionada por la Policía Nacional y, al comprobarse que la llamada era una falsa alarma, se celebró con absoluta normalidad el espectáculo.
En esta ocasión, Curro Romero no tuvo su tarde y el público se enfadó muchísimo con él. En el que abrió plaza, el camero no encontró el camino adecuado para meterlo en la franela y poder alcanzar algún lucimiento. Cuando surgieron las primeras protestas de los tendidos, el camero optó por acabar con el animal cuanto antes, aunque, al necesitar de cuatro pinchazos y dos descabellos, las protestas y reproches arreciaron contra el veterano torero. Con el otro, tampoco llegó a confiarse en momento alguno y le realizó un trasteo rápido, entre las protestas de los espectadores, antes de dejarle media y un descabello. La bronca fue grande y, al abandonar la plaza, fue despedido con almohadillas.
Paco Ojeda se llevó un susto cuando iniciaba el lanceo de recibo a su primero al colarse el animal, pero ello no fue obstáculo para que, con la muleta, le realizara una extraordinaria faena con ambas manos metido prácticamente entre los pitones de su oponente que provocó el delirio de los espectadores. A destacar, una serie de naturales, dos derechazos y, sobre todo, otra serie de naturales citando de frente para terminar de una estocada fulminante y cortar las dos orejas que paseó entre grandes ovaciones de unos tendidos totalmente entregados al quehacer del torero sanluqueño. Había mucha expectación para verle en el quinto porque se esperaba que pudiera repetir el triunfo cosechado, pero, por desgracia, en esta ocasión el toro no colaboró pues en ningún momento hubo acople en el quehacer muleteril, desvaneciéndose las expectativas surgidas en los tendidos según pasaba el tiempo.
Con un animal a contraestilo se encontró Pepe Luis Vázquez, por lo que sus intentos quedaron vanos y no pudo lucirse con el primero de su lote; sin embargo, en el que cerró la tarde, el sevillano realizó un trasteo muy pinturero, iniciado con unos bellísimos ayudados por alto, para seguir con unos derechazos y un soberbio pase de pecho que fueron acogidos clamorosamente por los tendidos. Continuó toreando con la mano derecha para terminar adornándose antes de dejar una estocada que le valió una oreja y el reconocimiento del público que le paseó a hombros,
LA MAESTRÍA DE MANUEL VIDRIÉ (3-Agosto-1985)
Para cerrar el abono ferial, el festejo de rejones que, en esta ocasión, no llegó a acaparar la atención de los aficionados por cuanto los tendidos tan sólo se cubrieron en tres cuartas partes.
Y quienes no acudieron no pudieron disfrutar de los excelentes novillos que, con el hierro de Concha y Sierra, envió el maestro Miguel Báez Litri. Todos los animales estuvieron excelentemente presentados, con una capa muy variada como es habitual en esta ganadería, y con mucha bravura, destacando los que abrieron y cerraron el festejo, aplaudidos la mayoría de ellos en el arrastre como reconocimiento a sus condiciones.
Abrió la tarde la collera formada por Álvaro Domecq y Joao Moura, que, tras parar al astado de preciosa lámina y mucha bravura, se lucieron en el tercio de banderillas y, de manera especial, con las tres cortas que puso el jerezano. Tras un rejón de muerte, se les premió con la vuelta al ruedo.
El segundo correspondió a Joao Moura que estuvo francamente bien con las banderillas, ejecutando la suerte a la perfección. Tomó altura su quehacer con los quiebros y con los cites lejanos, pero, siguiendo su costumbre, falló en demasía con los rejones de muerte y todo quedó en otra vuelta al ruedo entre las aclamaciones del público.
El que más entusiasmó a los tendidos fue Manuel Vidrié, especialmente a la hora de quebrar al colocar las banderillas, ganándose grandes ovaciones, que fueron en aumento tras colocar un par a dos manos y, después, dejar tres de las cortas entre el delirio de los espectadores. Acertó al segundo intento y, por ello, sólo obtuvo un trofeo, aunque se pidió con fuerza la segunda oreja, siendo fuertemente ovacionado cuando paseó el anillo para agradecer el trofeo conquistado.
El estilo campero de Javier Buendía se dejó sentir desde que esperase en la puerta de chiqueros la salida de su oponente. Con la sobriedad que le caracterizaba, subió el listón con las banderillas, destacando en la colocación de tres ellos pero no estuvo tan afortunado a la hora de matar, el premio se quedó en una vuelta, lamentándose de haber perdido los trofeos que prácticamente tenía en sus manos.
No estuvo muy afortunado el veterano rejoneador jerezano Álvaro Domecq con el quinto de la tarde al no acertar a la hora de colocar los arpones y, especialmente, con el rejón de muerte, que dejó muy perpendicular, necesitando de otro y, pié a tierra, de un golpe de verduguillo. Pese a ello, dio una protestada vuelta al ruedo.
Cerraron la tarde Manuel Vidrié y Javier Buendía toreando en collera. En esta ocasión, llevaría el madrileño no sólo el peso de la lidia sino también los mejores momentos por cuanto el sevillano se mostró algo fallón a la hora de clavar. Tras el certero rejón de muerte que dejó Vidrié, el público les premió con una oreja que pasearon con satisfacción.
Y la segunda temporada se cerró con el espectáculo cómico taurino de El Bombero Torero y sus enanitos, que llevó a muchas personas, especialmente público infantil, a los tendidos. Y, en la parte seria, intervendría el becerrista Diego García Vélez para lidiar un astado de Mariano Blázquez con el que no estuvo muy afortunado.
TROFEOS CONCEDIDOS POR LA TERTULIA LITRI
TRIUNFADOR (TROFEO NAVEGANTE) Paco Ojeda
MEJOR FAENA........................................ Pepe Luis Vázquez
MEJOR ESTOCADA................................ Paco Ojeda
MEJOR REJONEADOR.......................... Manolo Vidrié
MEJOR NOVILLERO............................... Emilio Silvera
MEJOR TORO.......................................... Desierto
MEJOR GANADERÍA.............................. Desierto
MEJOR SUBALTERNO........................... Desierto
MEJOR PAR DE BANDERILLAS............ Luis Mariscal
MEJOR PICADOR.................................... Desierto
Vicente Parra
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