Manolo Cortés llena la Maestranza

Sabor a torero grande en el Salón de Carteles de la Maestranza de Sevilla

Cortés lleno de torería un acto organizado por el aula taurina universitaria, el centenar largo de personas que se dieron cita en el coso del Baratillo, disfrutaron del recuerdo en positivo, del apasionamiento sin matices, del amor al toro sobre todas las cosas,  y del saber como contarlo.
Carlos Crivell ejerció de alguacilillo, despejando plaza con autoridad y marcando los hitos de la vida torera de quien ha toreado 53 veces de luces en la Maestranza, ordenando el callejón de los recuerdos, de los datos y de la críticas, y entregando los trofeos que muestran el triunfo.
Se llenó la Maestranza de sabor torero, de empaque, de elegancia, de clase, de poderle a los toros, del consejo siempre recordable, de que en el toro pasa lo que cada uno se merece y se gana, de aquel brindis enrazado a Pauloba en su alternativa "esto no es como empieza, es como acaba y eso depende de ti", tras las quejas del de Aznalcollar por que el cartel de la ceremonia le parecía menor.
Salió la raza del silencio valiente cuando alguién, por maldad o por desconocimiento, pregunta lo que no debe si no quiere oir una fresca, salió la raza cuando dice que a la empresa, la misma de siempre, le faltó sensibilidad para una despedida en grandeza, salió la casta, cuando el maestro habla de una cierta abulia, de tardes en que estaba birlongón y de otras que tenía que resolverlo y lo hacía "con la muleta, la pata alante y la espá", salió la rabia de tres tardes en Bilbao con faenas para ocho orejas que se quedaron en un una por la Tizona. Salió el arte de la  la trincherilla de decirle a Franco que no le entendía, se lo tuvo que aclarar, como a tantos, la policía.
La grandeza de un grande, de uno de los mejores, cuya mejor virtud es y fue el amor a la fiesta, el sentirse torero en cualquier situación y en todo caso y el afán que tiene en trasmitirlo, ahora volcado en la carrera del palaciego Pepe Moral, del que dijo "lo resuelve una tarde, cualquier tarde que el toro meta la cara, por que vive en torero y quiere la grandeza".