Toros y toreros en el redondel.
La maestría de Silvera, la reafirmación del mito y la firmeza de El Cid se encontraron con la bravura de seis toros de Cuvillo.
Tarde de locura de reventas, de peregrinaciones, de verdades y en la que hubo toroso y toroeros. Seis toros de Núñez del Cuvillo y de Benjumea de muy distinta condición, buena presentación y magnífico juego, el tercero fue premiado con la vuelta al ruedo.
Emilio Silvera de verde y oro, oreja y oreja
José Tomás de berenjena y oro dos orejas y dos orejas
Manuel Jesús el Cid, de blanco y oro Dos orejas y una oreja
La terna salió a hombros, a hombros de una Huelva entregada.
Tarde de sentimientos encontrados en la Merced, algún susto dio el corazón cuando Silvera hizo el paseillo. Algún día mi hijo Manuel dirá que él vio lo que es el toreo en una tarde del día tres en La Merced, algún día lo dirán él y los diez mil que ayer estaban en la plaza y un millón que se inventaran que estuvieron o lo soñaran o es que a lo mejor el toreo del cielo permite que esté quien quiera con el corazón en las plazas que son templos de trasmutabilidad de las almas de los soñadores del toro.
Emilio Silvera demostró por que su inclusión en el cartel no era más que un argumento de justicia taurina, nada de chauvinismos no catetismos de espíritu chico. El torero es grandeza y lo de Silvera es grande, grande la emoción al entrar por la puerta de cuadrillas, grande su asentamiento en el primero, soso pero que se dejaba, un derechazo eterno también fue grande como su historia capicúa con esta plaza que inauguró de novillero en el 84 y a la que vuelve en el 2009 para volver sentar sus reales. Grande la pena por que la espada hizo guardia y todo quedó en una oreja. Al segundo le enjaretó una faena de torero grande, de firmeza, de verdades eternas, de gusto y capacidad de mano diestra para someter, para marcar terrenos y jurisprudencias que hicieran al toro embeberse cuando cogió embraguetado la pañosa con la izquierda y la arrastró por la tierra de Huelva, el torero de tierra, el hombre que sale de los cabezos, el torero pegado a una forma de ser onubense arando en surcos de historia íntima de una ciudad con la muleta por el albero del mismo centro de la plaza que ayer era el centro del mundo y siempre lo ha sido del mundo de Emilio, al final de faena quiso que los Litri de Huelva y suyos, o el de El Molino de ellos, pisaran la Merced y entonces, como el torero eterno es magia, los hizo presentes en la Vega Larga en un guiño al destino y a la justicia dinástica, el segundo alarde de onubensismo tras la presencia en el ruedo de Contreras y Carvajal, los chavales de siempre del toro que se lucieron uno con el capote y otro con banderillas en un par brindado al cielo y tras el que se desmonteró. Una oreja por el mal uso de la tizona y el corazón de una ciudad por el buen uso de una capacidad de emocionar privilegio de los elgidos
Tomás es la revolución tranquila, el torero en el alma y en las muñecas y en las taquillas y en la romería agnóstica de dioses intangibles, dos orejas de un toro noble y soso al que templó al que dominó y al que nunca acabo de partir por que no era la historia de ese toro del Grullo ser partido sino ser acariciado, matices en la conversación con su tercero por levantarle el toro, no era bronca era cariño, los genio son así, las miradas de los toreros sola las entienden los toreros ¿verdad Manolo?. Al segundo si que lo partió, el castaño lo quiso coger mil veces, sus reacciones eran raras, su destino era el infierno de los toros malos, pero el de Galapagar cambió sus suerte, lo paró con la de escribir, y lo cuajó con la mano de los peligros y lo llevo al corazón de los tendidos para partirlo con casi entera y mandarlo al limbo de los toros que permiten el triunfo por que quieren coger la vida de los toreros entre los pitones astifinos, si no se me sonrían, se lo juro que quinto y sexto llevaban guadañas en la cara y el resto por el estilo.
El Cid se hizo de Huelva hace muchos años, ayer volvió a renovar el padrón ante un toro de vuelta al ruedo, así se remonta una temporada cuando se tiene raza y se sabe en el sitio justo de la magia y la torería.. Buena faena con la buena suya hasta que toma la derecha y la faena tomó vuelos de cosa grande, hasta fuera de sus mejores momentos emociona y gusta cuando se siente el de Salteras. Tres orejas y que le sirvan, se lo merece el torero y se lo debemos al hombre
La maestría de Silvera, la reafirmación del mito y la firmeza de El Cid se encontraron con la bravura de seis toros de Cuvillo.
Tarde de locura de reventas, de peregrinaciones, de verdades y en la que hubo toroso y toroeros. Seis toros de Núñez del Cuvillo y de Benjumea de muy distinta condición, buena presentación y magnífico juego, el tercero fue premiado con la vuelta al ruedo.
Emilio Silvera de verde y oro, oreja y oreja
José Tomás de berenjena y oro dos orejas y dos orejas
Manuel Jesús el Cid, de blanco y oro Dos orejas y una oreja
La terna salió a hombros, a hombros de una Huelva entregada.
Tarde de sentimientos encontrados en la Merced, algún susto dio el corazón cuando Silvera hizo el paseillo. Algún día mi hijo Manuel dirá que él vio lo que es el toreo en una tarde del día tres en La Merced, algún día lo dirán él y los diez mil que ayer estaban en la plaza y un millón que se inventaran que estuvieron o lo soñaran o es que a lo mejor el toreo del cielo permite que esté quien quiera con el corazón en las plazas que son templos de trasmutabilidad de las almas de los soñadores del toro.
Emilio Silvera demostró por que su inclusión en el cartel no era más que un argumento de justicia taurina, nada de chauvinismos no catetismos de espíritu chico. El torero es grandeza y lo de Silvera es grande, grande la emoción al entrar por la puerta de cuadrillas, grande su asentamiento en el primero, soso pero que se dejaba, un derechazo eterno también fue grande como su historia capicúa con esta plaza que inauguró de novillero en el 84 y a la que vuelve en el 2009 para volver sentar sus reales. Grande la pena por que la espada hizo guardia y todo quedó en una oreja. Al segundo le enjaretó una faena de torero grande, de firmeza, de verdades eternas, de gusto y capacidad de mano diestra para someter, para marcar terrenos y jurisprudencias que hicieran al toro embeberse cuando cogió embraguetado la pañosa con la izquierda y la arrastró por la tierra de Huelva, el torero de tierra, el hombre que sale de los cabezos, el torero pegado a una forma de ser onubense arando en surcos de historia íntima de una ciudad con la muleta por el albero del mismo centro de la plaza que ayer era el centro del mundo y siempre lo ha sido del mundo de Emilio, al final de faena quiso que los Litri de Huelva y suyos, o el de El Molino de ellos, pisaran la Merced y entonces, como el torero eterno es magia, los hizo presentes en la Vega Larga en un guiño al destino y a la justicia dinástica, el segundo alarde de onubensismo tras la presencia en el ruedo de Contreras y Carvajal, los chavales de siempre del toro que se lucieron uno con el capote y otro con banderillas en un par brindado al cielo y tras el que se desmonteró. Una oreja por el mal uso de la tizona y el corazón de una ciudad por el buen uso de una capacidad de emocionar privilegio de los elgidos
Tomás es la revolución tranquila, el torero en el alma y en las muñecas y en las taquillas y en la romería agnóstica de dioses intangibles, dos orejas de un toro noble y soso al que templó al que dominó y al que nunca acabo de partir por que no era la historia de ese toro del Grullo ser partido sino ser acariciado, matices en la conversación con su tercero por levantarle el toro, no era bronca era cariño, los genio son así, las miradas de los toreros sola las entienden los toreros ¿verdad Manolo?. Al segundo si que lo partió, el castaño lo quiso coger mil veces, sus reacciones eran raras, su destino era el infierno de los toros malos, pero el de Galapagar cambió sus suerte, lo paró con la de escribir, y lo cuajó con la mano de los peligros y lo llevo al corazón de los tendidos para partirlo con casi entera y mandarlo al limbo de los toros que permiten el triunfo por que quieren coger la vida de los toreros entre los pitones astifinos, si no se me sonrían, se lo juro que quinto y sexto llevaban guadañas en la cara y el resto por el estilo.
El Cid se hizo de Huelva hace muchos años, ayer volvió a renovar el padrón ante un toro de vuelta al ruedo, así se remonta una temporada cuando se tiene raza y se sabe en el sitio justo de la magia y la torería.. Buena faena con la buena suya hasta que toma la derecha y la faena tomó vuelos de cosa grande, hasta fuera de sus mejores momentos emociona y gusta cuando se siente el de Salteras. Tres orejas y que le sirvan, se lo merece el torero y se lo debemos al hombre
No es digno para Huelva que salieran los dos primeros toros.
ResponderEliminarVergonzosos todos los trofeos otorgados, publico pachanguero y sin saber una palabra de toros.
Sí es verdad que José Tomás cobró 300.000,00 euros, deberían echarle toros de verdad, me dió verguenza ajena que nadie protestara su primero.
ENFIN hasta la prensa os creeis vuestras ilusiones y mentiras contadas a base de pluma agradecida, no os engañeis ni intenteis engañar a nadia.
Pues te digo que lo de ayer fue una pantomima de cojones. Y esto solo consigue que a Huelva se le considere una plaza de polvarea.
!AH ¡ y lo de Domingo OREJAS, patetico.
Desde la Cuenca Minera.
Bien por el Zalameño, te felicito tio por tu comentario, sí Domingo Prieto conociera la verguenza no se pondría de presidente, pero ya sabemos que este es uno de los cargos de la Xunta of Andaluxien, encasillados en el cemeterio de los elefantes. Y el pelota de Paquito Pirfo ya se sabe que le mueve el rabo a todos los politiquillos, que poca seriedad y que falta de categoría le dan a Huelva, y que pena que además de toda esta tomadura de pelo que los taurinillos de poca monta que se dedican a sacar todos los defectos de todos los pueblos menos dos o tres, no tengan los suficientes huevos para hablar claro y hacer una critica de verdad, auque ironicamente en sus tertulias o conciliabulos se rian de Cipriano, según me consta, único aún capaz de poner a cada cual en su sitio y como les corresponde, sin ningún tipo de complejos, pues con sus defectos y virtudes es una persona libre, los demás estais todos compraos, compraos y revendios.
ResponderEliminarLuis Orta Garcia.
Perdón y añado al comentario anterior: Luis Orta Garcia de El Campillo, ciudad de Huelva donde tan siniestros y desastrosos festejos taurinos se dan año tras año según este blog y que su administrador "Don Perfecto" solo silencia cuando trinca, saca algo provechoso o su amigo monta el festejo. Ya a Don Enrique Vila le decian que era un critico sobrecogedor, a veces Ordoñez cuando toreaba en Sevilla estaba mas pendiente de Vila que del toro.
ResponderEliminarEvidentemente y auque fuese sobrecogedor a la altura de Vila no llegarán algunos ni reencarnadose en tres vidas continuas de 90 años.
Ya lo dijo Molés hace unos años, si cogemos el mapa de España mientras más abajo el toro es más chico y la entrada más grande. Huelva cumple esta teoría al pie de la letra.
ResponderEliminarLCc Huelva