Silvera, importante, cortó dos orejas.
Espartaco, El Cordobés y Jiménez cortaron sendos rabos
Se pidió el indulto para un eral de las Monjas
Plaza de toros portátil ubicada en el recinto ganadero del Pocito festival benéfico a favor de asociación de enfermos de Alzheimer y de Nuevo Futuro, colofón de la feria de Almonte. Magnífica temperatura y casi lleno en los tendidos. Dos toros de Fermín Bohórquez de buen juego y pocas fuerzas, tres novillos de Las Monjas, que se dejaron, al primero le dieron la vuelta al ruedo igual que al que hizo sexto, un eral de excelente juego. Antonio Domecq, Dos orejas, Leonardo Hernández hijo, dos orejas, Espartaco, Dos orejas y rabo, Emilio Silvera dos orejas, Manuel Díaz el Cordobés, Dos orejas y rabo y el becerrista Javier Jiménez , dos orejas y rabo.
Agradable el festival celebrado en la localidad almonteña que ya se hace tradicional e importante en los años previos a la inauguración de la futura plaza de obra de las Marismas. Después de los prolegómenos de agradecimientos a los toreos intervinientes y en especial a la persona de Manolo Bajo, empresario de la zona, ganadero de bravo y factotum de este festival, se dio inició a un festejo que ha colmado las expectativas de todos los presentes, diversión, buen toreo, y una excelente tarde de toros.
Antonio Domecq cortó las dos orejas de n toro de Bohórquez que se quedo parado y era difícil para el torero a caballo por su poca movilidad, el jerezano, acompañado por su tío Alvarito Domecq en el callejón, templó y dejo constancia de su forma clásica de entender el toreo y la doma campera..
Leonardo Hernández es un primera división, anda suelto, puestísimo su monta es de riesgo y cercanías, su cuadra de primerísimo nivel, su valentía y sentido de los terrenos le permiten arriesgar en cada lance. Con Amatista logró momentos de suma brillantez, quizá le falte un poco de presencia en la plaza, algo de arte para vender el pescado, y no deja de rechinar a los puristas de esto por su costumbre de torear sin zahones. En todo caso los quiebros en la misma cara del toro, el torero de costado al hilo de las tablas y su brillantez en banderillas le hacen alternativa al dúo de mandones del rejoneo actual.
Espartaco es un torero grande, su seguridad, su dominio de las suertes, su amor propio le hicieron figura, hoy en Almonte ha demostrado que sigue quedando raza para mucho tiempo, añejo el temple de su muleta ante el flojito novillo que se defendía y al que le robó tandas de mucho mérito, aprovechando ora la media embestida del burel ora sus portentosos conocimientos de las querencias y la estocada con que abrochó la faena le hicieron acreedor del primer rabo de la tarde.
El cuarto novillo, segundo de las Monjas, fue el más bronco de la tarde, después de los lances de recibo en que no se pudo acoplar del todo, el torero de Huelva ordenó a su picador que le diera estopa, el toro aguantó los tres puyazos, ¡Cosas verán nuestros ojos, tres puyazos en Almonte, lo que ni en Madrid, y aún fueron pocos!. Decíamos que el toro aguantó con su mala sangre, por el derecho no iba, por el izquierdo se quedaba una de cada dos veces y quería levantar los pies del suelo al bueno de Emilio Silvera, la receta del torero fue firmeza, paciencia y buenas maneras. Así logró desengañar al de Manolo Bajo, inventarse una faena y poderle hasta meterlo en la canasta y sacar series cortas y de mucho sabor, el buen aficionado comprendió el peligro del astado y se premió la labor del torero que demostró que estás más que preparado para el día tres en Huelva, si la justicia taurina no lo remedia o la divina no interviene, Silvera no volverá a vestirse de torero hasta esa importante cita, una pena, como el mal uso de la espada que a la segunda logró tumbar el toro que levantó el subalterno. Dos orejas de mucho peso.
El Cordobés está en plenitud, lo ve fácil, desde los lances de recibo, templados y ceñidos se metió al público en el bolsillo, el novillo apretó al Chano en banderillas y Manuel fue capaz de sacar aguas de un pozo de poco caudal, sus ganas, su prodigioso temple, su simpatía hacen el resto. Salió arrollado cuando dejo la espada en los rubios y cortó el segundo rabo de la tarde,
Javier Jiménez lo tiene todo para triunfar, es listo, brindó el toro a las cinco figuras que le acompañaban en el cartel y a Manolo Bajo, es valiente, se queda quieto, se gustas para como con la muleta en la izquierda, la mano de los cortijos y del poderle a los toros, no se aflige, está bien acompañada por Antonio Espartaco en los callejones, sabe obedecer y aprende rápido, pero sabe innovar e improvisar, tiene raza. ¿Que más quiere? Un eral que le embista y esta tarde lo ha encontrado en Almonte. Al eral se le pidió el indulto, la presidencia con buen criterio o negó y el chaval cortó el rabo a pesar del mal uso de la espada. Su faena fue maciza y redonda, de merito, ya sabemos que el toro bueno descubre al torero malo y hoy el magnífico eral, que no se picó, de las Monjas se encontró con la horma de su zapato. El camino es largo pero lo que lleva andado nos da motivos más que para la esperanza.
Magnífica crónica, y magnífico blog.
ResponderEliminarEnhorabuena.