Crónica de la segunda de la feria de la Salud de Córdoba.
GANADERIA: Seis toros de la Ganadería Marqués de Domecq, desiguales de presentación. Todo un muestrario en cuanto a pesos, edad y hechuras. Eso sí, tuvieron en común la falta de raza y bravura. Solo se libro por su juego en lidiado en último lugar que al menos tuvo veinte arrancadas aprovechables.
TOREROS: JOSE LUIS MORENO (tábaco y oro). Estocada (oreja) y un pinchazo, menos de media estocada y descabello (ovación con saludos).
RAFAELILLO (verde esperanza y oro). Estocada (ovación con saludos) y dos pinchazos y estocada (ovación con saludos).
JUAN BAUTISTA (teja y oro con remates negros). Metisaca y dos descabellos (silencio) y estocada (ovación con saludos tras petición insuficiente)
INCIDENCIAS: Segundo festejo de abono de la Feria de Nuestra Señora de la Salud de Córdoba. Un cuarto de entrada en tarde fría y ventosa. Rafaelillo fue atendido en la enfermería de un pitonazo en la barbilla.
Se anunciaba la primera corrida de toros de la feria de Córdoba, como la torista del ciclo. La afición de la ciudad de los califas, ha quedado demostrado en numerosas ocasiones, que no acude a la plaza si no a otra cosa que divertirse. Por ello de un tiempo a esta parte, no le importa el pial que luzcan los toros. Solo le interesa que el festejo ofrezca garantías suficientes para su satisfacción. Con ello no quiero decir que a los cordobeses no les importe el toro. Tontos no son, quieren un toro integro, bravo y enrazado, pero le da igual que al cartel se le cuelgue la etiqueta del torismo mal entendido. Luego el juego de los toros de Marqués de Domecq vino a darles la razón. Toros desiguales en todo, menos en una cosa. Falta de raza. No con pretender una cosa, se consigue dicha pretensión.
Volvía tras su triunfo del año pasado el torero local José Luis Moreno. El torero cordobés volvió de demostrar que es un torero más que recuperable. Está atravesando un buen momento y eso se nota en la cara de los toros. Sin lugar a dudas si sus oponentes hubieran caído en otras manos, se hubiera visto otra cosa ya que Moreno sacó agua de dos pozos sin fondo. Su primero, un animal que fue incomprensiblemente aplaudido en el arrastre, fue un animal que tenía lo justo dentro. Parado, pensándolo mucho antes de embestir y sin calidad alguna. Moreno lo fue metiendo en el canasto a base de buscarle las vueltas y perderle un paso entre muletazo y muletazo para acabar rompiéndose con él en una meritoria tanda con la derecha. Mato rápido y cortó la primera oreja de la feria. En su segundo, volvió a mostrarse firme y centrado. Labor con mucha verdad en la que todo lo puso el espada. El mal uso de los aceros le impidió redondear su primera tarde de la feria.
Rafaelillo se presentaba en Córdoba. En sus dos toros mostró que es un torero valiente y poco más. Necesita toros que transmitan para poder conectar con el tendido. Mal colocado y sin acertar en los terrenos en su primero fue ovacionado tras una estocada en la que sufrió un feo pitonazo en la barbilla. En su segundo solo pudo mostrar entrega. El toro se paró y las ganas fueron su única credencial. No obstante el público le agradeció su entrega.
Tampoco pudo lucirse el francés Juan Bautista. Su primero fue todo un despropósito. Chico e invalido. Demasiado hizo con matarlo. En su segundo se encontró con el único toro potable del encierro, pero a pesar de dar un buen número de muletazos no dijo nada a los espectadores. Toreo mucho, de forma correcta, pero la faena le faltó ese punto para acabar de prender y arrebatar al público. Faena pues correcta, pero sin alma. Otra vez será.
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