Morante en Sevilla, foto Matito, Sevilla taurina
Que en los tiempos que corren un torero corté una oreja, que pudieron ser dos, y ponga una plaza como las Ventas boca abajo con tres verónicas demuestra la madurez creativa y el estado de gracia del torero de la Puebla, el posterior galleo por chicuelinas, elevan este lance a la categoría de obra de arte y es el refrendo de que se puede llevar un toro toreado y embebido sin enseñarle apenas el engaño y la prueba fehaciente de que la serie de toreo fundamental con la seda no había sido soñada por las veinte mil almas de la Calle Alcalá. Si en ese momento coge la espada de verdad y mata el toro corta un rabo.
Que luego, en una faena de apenas cuatro series que duró el Juanpedro con el paño colorado, se forme un Lío de manos en la cabeza y lágrimas en los ojos demuestra lo imperturbable del Arte, que la cantidad no sea necesaria para un triunfo y que el toro no fuera más que los tres hermanos que se volvieron antes a corrales corrobora que cuando la verdad pisa una plaza dan igual gritos, guasas, pitos y demás batería de insensateces. Pata por lo alto a los mandones Juli, Perera, Manzanares...,
¡Se hacen escalafones de toreros
Con una sola célula del corazón que gastas!
¡Se hacen mil manzanas de museos
Con el arte cadencioso de tu flámula!
Morante tiene ocho toreros metidos en los genes, ocho toreros mamados en las formas, ocho toreros impregnados en las muñecas, ocho toreros jugando por sus neuronas, ocho toreros compartiendo su alma. Hoy se han paseado por la Ventas Paula y su capote, Joselito y el galleo eterno, un Kirikiri de Curro y Ordóñez que ha pegado una serie con la derecha, la más larga y profunda de mil tardes de toros. Hay quien ha visto pasar a Manolo González, quien ha gozado un instante de Pepín y Pepe luís, hasta hay quien ha podido ver la muleta planchada del otro Vázquez.
Hoy las lágrimas de Morante han regado el tiesto seco de la afición y ha salvado tres semanas de feria.
OLE, OLE Y OLE. SOLO UN PERO, NO HAS NOMBRADO A UN TORERO DEL QUE MORANTE BEBIO DE SU FUENTE MUCHO ANTES DE SER FIGURA...
ResponderEliminar... y Paula, siempre Paula
ResponderEliminarVd. perdone pero es justo reconocer el error, Morante tiene ocho toreros metidos en los genes, ocho toreros mamados en las formas, ocho toreros impregnados en las muñecas, ocho toreros jugando por sus neuronas, ocho toreros compartiendo su alma.
ResponderEliminarQuizá haya uno, sólo uno, al que le pueda llamar maestro fuera del patio de cuadrillas. Quizá sea de Gines, quizá sea uno de los grades, quizá lo queramos mucho, unos más que otros, quizá su grandeza sea humilde (¿ Pero hay otro tipo de grandeza?) y por eso y su cercania no surge el nombre a la primera.
Toda la razón en tu comentario