José Luís Pereda, el hombre que medita junto a los toros.
Ganadero y artífice de la reconstrucción de la plaza de toros de la Merced.
Reconozco en mi espíritu las secuelas de una infancia, incluso juventud y ¿por que negarlo? madurez mitómanas y apasionadas, que ese doctor del alma, cuya medicina son las palabras trenzadas con voz cargada de matices de orujo zalameño, y que firma como Joaquín Sabina, canta en uno de sus acertados diagnósticos y describe como “mitos mal curados”.
John Wayne no anda muy olvidado por ese espacio entre subconsciente y rencoroso de mis mitos actuales, pero tiene un sitio de honor por ser de los primeros que ocuparon el pequeño altar de mi mente. Tardes de invierno en la tele, cine de los maristas, internados , una parte de la vida son mil tardes viéndolo cabalgar por el oeste dirigido por John Ford, no se por que retruécano se me viene a la memoria otro John Wayne, marinero en “La Taberna del Pescador”, y una frase que pronuncia Elizabeth Allen, una solemne chica bostoniana y de apariencia impasible, cuando el poco delicado Wayne la abraza, con esa especie de furor masculino que lo caracterizaba, y la besa con desbordada pasión ante lo que ella exclama sosprendida ”creí que me habían besado otras veces”,
Reconozco en mi espíritu las secuelas de una infancia, incluso juventud y ¿por que negarlo? madurez mitómanas y apasionadas, que ese doctor del alma, cuya medicina son las palabras trenzadas con voz cargada de matices de orujo zalameño, y que firma como Joaquín Sabina, canta en uno de sus acertados diagnósticos y describe como “mitos mal curados”.
John Wayne no anda muy olvidado por ese espacio entre subconsciente y rencoroso de mis mitos actuales, pero tiene un sitio de honor por ser de los primeros que ocuparon el pequeño altar de mi mente. Tardes de invierno en la tele, cine de los maristas, internados , una parte de la vida son mil tardes viéndolo cabalgar por el oeste dirigido por John Ford, no se por que retruécano se me viene a la memoria otro John Wayne, marinero en “La Taberna del Pescador”, y una frase que pronuncia Elizabeth Allen, una solemne chica bostoniana y de apariencia impasible, cuando el poco delicado Wayne la abraza, con esa especie de furor masculino que lo caracterizaba, y la besa con desbordada pasión ante lo que ella exclama sosprendida ”creí que me habían besado otras veces”,
Tras dar la mano de José Luís Pereda, también cualquiera podría decir “creía que me habían dado la mano otras veces”. A partir de estrechar su mano José Luís ha ganado a uno de los suyos, que se dejará guiar a donde le lleve su inteligencia natural, instinto al natural. José Luís Pereda es otro de esos mitos de mi juventud, hombre emprendedor, valiente, franco, directo, un líder en estado puro. Mi historia de escribidor está ligada a su trayectoria, la primera vez que escribí de toros en un periódico en Huelva fue para hablar de él como empresario de la Merced, en el lejano ¿91?, mi primera crónica en la prensa escrita de esta tierra la firme en la desaparecida Voz de Huelva el memorable día del indulto de Culito….
Ganadero en su ganadería, negociante en sus negocios, propietario de la plaza de toros de la Merced, este triunfador es un apasionado del toro bravo, lo que le ha llevado a vivir en el campo a tiempo total.
Capaz de sentarse delante del ganado bravo, en el pilar del agua, encender su eterno puro y observar durante horas cada reacción de sus toros de encaste Núñez. Pereda “escrutiña”, que no es mirar, es más, es mirar comprendiendo, pensando, deduciendo, decidiendo.
Tras la tarde de tentadero en la Dehesilla, el placer de los placeres, José Luís y su familia son acogedores, francos, cabales y sencillos. La labores se hacen con hablando el portuñosl propio de la raya que une más que separa la iberia de nuestros ancestros, la conversación surge, Pereda no rehuye ningún asunto, no se escapa, su disciplina vital le lleva a ajustarse al tenor de la pregunta, si se aleja del tema para argumentar, vuelve de inmediato a la idea argumental.
¿Por que se reconstruyó hace 25 años la plaza de toros de Huelva?
Fue un sueño. Me encontré con una vieja plaza de toros, inhóspita, derruida y fue un reto personal y humano al que no pude sustraerme, quise llegar al corazón de los viejos onubenses y vi llorar a muchos viejos aficionados el día de la reinauguración con Litri Romero y Pepe Luís. Había otras opciones, pero yo sólo me plantee recuperar una plaza que estaba en el alma de la ciudad. Es parte de mi vida, de mi familia, es la única de mis hijos que he parido yo.
¿ Y por que se hace ganadero?
Empecé a trabajar muy joven, trabajar de verdad, arando las tierras andevaleñas de Zalamea tras un tiro de mulos, rompiendo tierras duras, me impuse metas que fui cumpliendo con antelación al plazo que me daba, con demasiada antelación. En una joven madurez me di cuenta que me hacía falta un empeño vital, una odisea que ocupase toda mi trayectoria, y como ya tenía fincas, la labor ganadera de manso no me satisfacía ni económicamente ni me aportaba otro tipo de satisfacciones, vi en la ganadería brava una labor de tiempo, de sosiego, de resultados a largo plazo.
¿Ha llegado a la cima como ganadero?
Quizá en cada indulto alcanzo una cumbre, además como voy para viejo, últimamente me emociono, me rompo en cada indulto. Pero si que hay un momento cumbre, el 28 de febrero del 2.000, el indulto de un toro de mi ganadería en Huelva, Culito, en mi plaza, en mi tierra.. Como ganadero se me parte el alma cuando se embarcan los toros para lidiar, ver volver a un toro bravo al campo por bravo es una sensación gloriosa, si además se ha lidiado en tu tierra, suma emoción y si es el primero al que se perdona la vida en una plaza que tu viste convertida en ruinas y cochera improvisada y has convertido con tu esfuerzo en una plaza modelo, guapa, moderna, la primera con aprovechamiento comercial de sus bajos de toda España, aquella tarde, fue una tarde de muchos sentimientos y emociones. Y luego lo he paladeado en la soledad del campo muchísimo por que además, luego, cuando padrea, liga con las vacas y sus hijos triunfan, ya hay hijos de Culito indultados
Estuvo en la cárcel. ¿Es lo peor que le puede pasar a un hombre?
Yo estuve retenido tres días, no fue por un proceso penal, un juez de Málaga se prestó, inducido quizás por un subsecretario y por alguno de mis compañeros de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, que me veían como un rival no controlable. Se equivocaban, un rival no lo soy, no lo fui, si que es verdad que no era controlable, ahora tampoco, ahora menos. Lo de la cárcel, no me avergüenza que mis nietos lo sepan, es una experiencia que me sirvió para cribar amigos, aprecios y traiciones, Además me supe defender en un medio adverso. Dolió mucho en mi familia.
¿Sigue teniendo importancia la prensa en el toro?
Claro, la prensa es un poder en todos lo ordenes de la vida y el toro no va a ser la excepción, yo estuve también en esa trinchera con una aventura empresarial preciosa como fue Toros92. Es cierto que la prensa ha evolucionado, y como todo en la vida ha evolucionado a mejor. Ha perdido fuerza en la mentira pero ha ganado credibilidad.
Cómo onubense, como empresario y como aficionado ¿Huelva es litrista sobre todas las cosas?
Huelva es especial, es una tierra muy apegada a sus cosas, para un onubense no hay tierra como la suya, playas como las de Punta Umbría, coquinas como las nuestras, El Rocío es lo mejor…y en el toro es litrista, Litri y Huelva se identifican hasta los tuétanos, pero luego Huelva ha sabido ser espartaquista, poncista, y hoy poco a poco se va haciendo de forma incipiente pererista, pero lo del Litri es muy especial.
Como ganadero acude a Sevilla a Madrid a todas las plazas ¿Qué plaza es la que tiene más sabor?
La Merced es única, ese ambiente por el Paseo Independencia, los bares llenos, la banda que llega tocando, el saludo de la puerta grande. Todo el que llega se enamora de una forma de vivir y de ver los toros que tiene Huelva Eso o pasaba en la Monumental era fría y no caló en Huelva
Un torero que le emocione
Emocionarme es un lujo que no me puedo permitir ni como ganadero, ni como empresario. Pero un torero por el que siempre aposté es Miguel Ángel Perera, lo veo como un referente, un torero en continua evolución y que si los toros lo respetan va a marcar hitos muy importantes, De la historia me quedo con Belmonte, con Ojeda y la revolución de los terrenos, y el temple de Espartaco.
¿Que necesita una vaca para ser madre en su casa?.
No perdono que no humille, que no tenga un tranco más, que no sea noble, que reponga.
Mi vaca ideal es como mi toro ideal, que rebose la muleta, que se la quiera comer, que tenga ese tranco más de los Núñez, que obedezca a los engaños, pero que el torero sepa, y eso lo perciba el espectador, que si no hace las cosas bien ahí se la va a encontrar
¿Que ve antes una mala vaca o una mala persona?
Los veo pronto a los dos, es difícil decepcionarme por que no me ilusiono si no lo veo claro, me suelo equivocar poco, como a mis amigos los elijo yo, tampoco me he llevado grandes sorpresas.
¿Es un hombre satisfecho?
Mucho, mi vida es paralela al comportamiento de un buen toro de lidia, empezar con nada, era hasta violento de, un niño revoltoso, pero me he convertido en un hombre, honesto serio con mis negocios, mi familia, mis amigos, he sacado la casta y me he venido arriba. Si, si lo plantea así soy un hombre orgulloso de mi mismo.
Habla de familia y se le ilumina el alma ¿tan importante es la familia en su escala de valores?
Un hombre no puede ser persona si no tiene familia. La integridad de una persona, su triunfo mayor, es su gente, saber que estás con ellos a todas y que tu familia está contigo. Mi familia es parte indisoluble de mi.
¿Más ganadero o más empresario?, de otra forma ¿que vendería antes la Plaza de toros de la Merced o la ganadería que lidia a su nombre?.
No voy a vender nada, pero la plaza de toros de Huelva me ha dado muchas satisfacciones a mi y a mucha gente que quiero y a mucha gente que no conozco y eso no lo cambio por nada, la plaza de toros de Huelva y José Luís Pereda tienen mucho uno de otro.
¿Donde hay que torear más en los negocios o en la ganadería?
En la selección del ganado hay que ser inflexible, no se puede pasar ni una, si no lo haces así te equivocas siempre. En los negocios hay que torear, tener mano izquierda, renunciar a cosas, engañar con la verdad, engañar sin mentir, en la ganadería hay que ser intransigente a todo lo que se sale de tus conceptos.
¿Es usted un hombre duro?
Si. Si ser duro es ser recto soy duro, pero yo soy recto primero conmigo mismo, exijo mucho a todos, yo no fallo, no quiero que me fallen. Nunca he dado una puñalada traidora, si no comparto tus ideas, no pasa nada, cada uno por su camino. No he tenido ni quiero socios en los negocios. Los jesuitas me educaron en que un hombre tiene que saber a donde va y cuando quiere llegar. En mi casa no hay juegos, yo no me digo “mariquita” con los toreros, yo no dejo mi casa para que nadie invite a nadie, ni con mi dinero ni con el suyo, el que viene, viene en categoría, si quiere, si no, puerta. Yo no me tuerzo, que no se tuerza nadie y todos tan amigos.
¿Que le falta por hacer en su vida?
Lo que debería hacer es aprender a no hacer nada, y a eso no voy a aprender, no quiero aprender.
Ha anochecido hace rato y este pobre paciente de mitos mal curados sale de la Dehesilla y no puede dejar de volver a recordar a John Wayne cuando José Luís Pereda sale a despedirnos al porche de su casa y nos aprieta la mano, la mano de un hombre que se considera justo y orgulloso y duro. La mano del hombre que permitió que Huelva tuviera toros hace 25 años.
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