Sentemos principios. Empiezo diciendo que no discuto la condición de figura y de mandón del toreo de Enrique Ponce, no le queda nada por demostrar, es un torero indispensable en la última década del pasado siglo y primera del presente y al que admiro por su elegancia y facilidad para pensar delante de la cara del toro y su capacidad de sacar faena de donde otros no hubieran soñado sacar un pase, en Huelva siempre ha dado un paso más allá, muchos recordamos la tarde en que pego un litrazo, personalmente le recuerdo un enrabietada faena a un victorino en Olivenza...y no soy consciente de que se prodige en declaraciones extemporaneas, pero los excesos verbales del otoño me tocan la moral y, claro, uno se acuerda de cosas...
Se entregan estos días muchos premios, la buena compañía, los excesos gastronómicos y de otro tipo, nos llevan a todos a decir cosas, que no en todas las circustancias reconoceríamos como salidas de nuestra boca. En los III PREMIOS "ENRIQUE PONCE" DEL CLUB ALLARD DE MADRID, el titular de los premios y presidente del jurado, Enrique Ponce, se despacha con unas declaraciones de órdago, que no pueden pasar sin respuesta.
Ponce dixit:
Sobre Miguel Ángel Perera
La actuación protagonizada por Miguel Ángel Perera, culminada con la gesta de Las Ventas, la calificó, no solamente como lo más importante del año, sino como el hecho taurómaco de mayor significación y trascendencia de las últimas temporadas, que le ha permitido al matador extremeño acceder y consolidarse como figura del toreo para muchos años.
Sobre Victorino Martín
De Victorino Martín valoró su triunfal temporada unida a su inseparable prestigio, compartido ya con su hijo Victorino, cimentado en la consecución de un tipo de toro con identidad propia, inmerso en la línea de pureza e integridad que le caracteriza.
Juan Posada
El periodista de "La Razón", Juan Posada, recibió los elogios del maestro Ponce destacándole como el autor de las crónicas claras, precisas, y fiables que, en definitiva, le hacen ser un crítico con credibilidad, especialmente para los toreros, pues por algo manejó la espada y la muleta antes que la pluma.
A Ponce se le ve el plumero cuando dice que la tarde de Perera en Madrid es la más trascendente en lo tauromaco de los últimos años, guantá sin manos que le quiere dar a su enemigo íntimo José Tomás. No se puede negar la evidencia, yo que no soy tomasista ni tomista, lejos de todos los ismos desde el Curro de mi infancia, no puedo negar la importancia de lo que ha hecho en lo taurino, en lo mediático y en lo emotivo, amparado, se lo concedo, en una genial operación de marketing comercial, José Tomás. El desplante tabernario," soy más torero que tu, mas valiente y más gitano, y mi amigo más entoavía", no me parecería mal si luego se atreviese con el de Galapagar en la Plaza, pero bueno, seguro que existen matices. Lo de Perera fue tremendo, grande y torero, pero sería de necios no percibir que todo fue provocado por la actitud de JT en la semana posterior a San Isidro. Los terrenos que ha pisado y ha hecho pisar a muchos durante toda la temporada ha hecho más grande la fiesta y ha obligado a gestos como el de Perera que le honran. A muchos ha obligado a echar la pata alante, no a Ponce que ha preferido seguir con la campaña que tenía programada, como si no fuera con él. Mira Morante, que raza de torero artista, que arte de torero de raza, se anuncia con los Victorinos en la feria
Lo de la ganadería clama al cielo, cuando habla de Victorino y dice que es un ejemplo de integridad, el silogismo me sale a borbotones por las orejas,
si Victorino representa la integridad
y Ponce no mata los victorinos,
ergo...luego... Ponce no quiere matar los toros integros.
Me llama la atención que "el otro" de Galapagar se quedara callado, estaría gozando por dentro.
La actuación protagonizada por Miguel Ángel Perera, culminada con la gesta de Las Ventas, la calificó, no solamente como lo más importante del año, sino como el hecho taurómaco de mayor significación y trascendencia de las últimas temporadas, que le ha permitido al matador extremeño acceder y consolidarse como figura del toreo para muchos años.
Sobre Victorino Martín
De Victorino Martín valoró su triunfal temporada unida a su inseparable prestigio, compartido ya con su hijo Victorino, cimentado en la consecución de un tipo de toro con identidad propia, inmerso en la línea de pureza e integridad que le caracteriza.
Juan Posada
El periodista de "La Razón", Juan Posada, recibió los elogios del maestro Ponce destacándole como el autor de las crónicas claras, precisas, y fiables que, en definitiva, le hacen ser un crítico con credibilidad, especialmente para los toreros, pues por algo manejó la espada y la muleta antes que la pluma.
A Ponce se le ve el plumero cuando dice que la tarde de Perera en Madrid es la más trascendente en lo tauromaco de los últimos años, guantá sin manos que le quiere dar a su enemigo íntimo José Tomás. No se puede negar la evidencia, yo que no soy tomasista ni tomista, lejos de todos los ismos desde el Curro de mi infancia, no puedo negar la importancia de lo que ha hecho en lo taurino, en lo mediático y en lo emotivo, amparado, se lo concedo, en una genial operación de marketing comercial, José Tomás. El desplante tabernario," soy más torero que tu, mas valiente y más gitano, y mi amigo más entoavía", no me parecería mal si luego se atreviese con el de Galapagar en la Plaza, pero bueno, seguro que existen matices. Lo de Perera fue tremendo, grande y torero, pero sería de necios no percibir que todo fue provocado por la actitud de JT en la semana posterior a San Isidro. Los terrenos que ha pisado y ha hecho pisar a muchos durante toda la temporada ha hecho más grande la fiesta y ha obligado a gestos como el de Perera que le honran. A muchos ha obligado a echar la pata alante, no a Ponce que ha preferido seguir con la campaña que tenía programada, como si no fuera con él. Mira Morante, que raza de torero artista, que arte de torero de raza, se anuncia con los Victorinos en la feria
Lo de la ganadería clama al cielo, cuando habla de Victorino y dice que es un ejemplo de integridad, el silogismo me sale a borbotones por las orejas,
si Victorino representa la integridad
y Ponce no mata los victorinos,
ergo...luego... Ponce no quiere matar los toros integros.
Me llama la atención que "el otro" de Galapagar se quedara callado, estaría gozando por dentro.
Luego de Olivenza y desde las gestas de Bilbao y Sevilla no ha vuelto, creo, a intentarlo. En Huelva, hace muchos años, el de Chiva mató una de Cuadri, el año que Pereda lio al Patas, no ha vuelto y eso que no le fue mal, que conste, cortó orejas y salió a hombros, pero paso un mal rato, por lo que se ve...., la lidió con Espartaco y Litri, puede ser el 94 y uno de Cuadri le pegó dos cornadas a un banderillero de Espartaco dentro del burladero, ¿quizá Eustaquio? Esas cosas marcan.
Lo de Juan Posada imagino que es un brindis al sol, por que más claro preciso y fiable que aquello de Antonio Lorca escribió en El País cuando Ponce cortó dos orejas en Madrid," interpretó la sinfonía del toreo moderno, al hilo del pitón, sin cruzarse, acelerado, ventajista, a años luz del toreo hondo y puro que significa embarcar la embestida y romper en la cintura. Otra tanda similar; unos naturales rápidos, un molinete ajustado, medios pases de frente y unos largos ayudados por bajo. Estocada en lo alto y dos orejas. Pues, muy bien. El público manda y el presidente asiente. Pero el bueno fue el toro, que nunca fue dominado por el torero”., No le gustará, digo yo, pero clara y precisa resulta la crónica, lo de fiable, como comprenderan, va por barrios; si no, ahí va otra perla del claro y preciso, no se si fiable, Joaquín Vidal de Bilbao"Por haber, hasta irrumpió un salpicao capirote de bonita lámina, que embistió según recomendaban las antiguas tauromaquias. Ese toro hizo quinto y la faena que tuvo a bien instrumentarle Ponce duró más que Lo que el viento se llevó. Empezó con ayudados enjundiosos y siguió por derechazos, divididos en tandas surtidas: unas con enganchones, la siguiente sin ellos, otra destemplada. El molinete y la trincherilla sirvieron de transición para perpetrar unos naturales astrosos. Pero no había de quedar ahí la cosa: volvió a los derechazos, hasta agotar la paciencia de los más santos, acabó con un infamante bajonazo y le dieron una oreja de Bilbao. ¿Quién ha dicho que eso es torear?. ¿Quién ha dicho que torear consiste en ponerse a pegar derechazos a destajo?. ¿Quién ha dicho que merezcan una oreja diez minutos largos de monserga -fueron doce-, desesperante repetición del tema, la música tachín-tachín, el público callado a la espera de que llegara el pase de pecho para aplaudir, el trabajador poniendo posturas y marcándose contoneos?.Torear, si el toro desarrolla encastada nobleza y hay en el redondel un diestro de arte y torería, ceñimiento y ligazón, es mando y templanza; es fundir la suerte con el toro encelado y embebido; son olés profundos, emoción; y a la docena de pases, acaso docena y media -tres o cuatro minutos de reloj bastan- ya está el público en pie, el toro sometido, ganada la oreja, un clamor en el graderío, entusiasmo, apoteosis. Eso es torear; eso es ser maestro y ostentar la categoría real de figura del toreo. Estos otros que necesitan acumular pases hasta el agotamiento -cualquiera de la terna: Ponce, "Joselito" y "Jesulín", son ejemplos paradigmáticos- no pasan de ser unos aburridos pegapases, unos pelmazos insoportables que ocupan sin ningún derecho los altos puestos del escalafón"
Me suena claro, preciso y...¿fiable?
Lo de Juan Posada imagino que es un brindis al sol, por que más claro preciso y fiable que aquello de Antonio Lorca escribió en El País cuando Ponce cortó dos orejas en Madrid," interpretó la sinfonía del toreo moderno, al hilo del pitón, sin cruzarse, acelerado, ventajista, a años luz del toreo hondo y puro que significa embarcar la embestida y romper en la cintura. Otra tanda similar; unos naturales rápidos, un molinete ajustado, medios pases de frente y unos largos ayudados por bajo. Estocada en lo alto y dos orejas. Pues, muy bien. El público manda y el presidente asiente. Pero el bueno fue el toro, que nunca fue dominado por el torero”., No le gustará, digo yo, pero clara y precisa resulta la crónica, lo de fiable, como comprenderan, va por barrios; si no, ahí va otra perla del claro y preciso, no se si fiable, Joaquín Vidal de Bilbao"Por haber, hasta irrumpió un salpicao capirote de bonita lámina, que embistió según recomendaban las antiguas tauromaquias. Ese toro hizo quinto y la faena que tuvo a bien instrumentarle Ponce duró más que Lo que el viento se llevó. Empezó con ayudados enjundiosos y siguió por derechazos, divididos en tandas surtidas: unas con enganchones, la siguiente sin ellos, otra destemplada. El molinete y la trincherilla sirvieron de transición para perpetrar unos naturales astrosos. Pero no había de quedar ahí la cosa: volvió a los derechazos, hasta agotar la paciencia de los más santos, acabó con un infamante bajonazo y le dieron una oreja de Bilbao. ¿Quién ha dicho que eso es torear?. ¿Quién ha dicho que torear consiste en ponerse a pegar derechazos a destajo?. ¿Quién ha dicho que merezcan una oreja diez minutos largos de monserga -fueron doce-, desesperante repetición del tema, la música tachín-tachín, el público callado a la espera de que llegara el pase de pecho para aplaudir, el trabajador poniendo posturas y marcándose contoneos?.Torear, si el toro desarrolla encastada nobleza y hay en el redondel un diestro de arte y torería, ceñimiento y ligazón, es mando y templanza; es fundir la suerte con el toro encelado y embebido; son olés profundos, emoción; y a la docena de pases, acaso docena y media -tres o cuatro minutos de reloj bastan- ya está el público en pie, el toro sometido, ganada la oreja, un clamor en el graderío, entusiasmo, apoteosis. Eso es torear; eso es ser maestro y ostentar la categoría real de figura del toreo. Estos otros que necesitan acumular pases hasta el agotamiento -cualquiera de la terna: Ponce, "Joselito" y "Jesulín", son ejemplos paradigmáticos- no pasan de ser unos aburridos pegapases, unos pelmazos insoportables que ocupan sin ningún derecho los altos puestos del escalafón"
Me suena claro, preciso y...¿fiable?
Con el fotografo estuvo discreto, por ahí se libra.
Los toreros tienen la plaza para hablar, cuando largan fuera de ella se complican la existencia y se meten en camisa de once varas, es fácil quedar mal. Tan mal como el año pasado cuando José Tomás salió por los cerros de Úbeda desde México, donde a lo que se ve, si habla con la chusma.
A ambos, pero ahora dedicado a Ponce, ¡¡Enrique tapate!! tu eres un señor
En fin diatribas de una madrugada insomne.
Los toreros tienen la plaza para hablar, cuando largan fuera de ella se complican la existencia y se meten en camisa de once varas, es fácil quedar mal. Tan mal como el año pasado cuando José Tomás salió por los cerros de Úbeda desde México, donde a lo que se ve, si habla con la chusma.
A ambos, pero ahora dedicado a Ponce, ¡¡Enrique tapate!! tu eres un señor
En fin diatribas de una madrugada insomne.
Muy buen post Javier...además resulta que los chavales que empezan en las escuelas taurinas y pretenden ser toreros (aunque cuando les preguntas a que aspiran rapidamente dicen "yo quiero ser figura del toreo", ¡casi ná!, en lugar de decir simplemente, ni más ni menos, que ¡TORERO!), se miran como espejo en Ponce y si él hace esas cosas que describes como efectivamente es la mayoría de las veces ¡por desgracia! porque lo tiene pero no lo saca a pasear,pues ellos a copiar, nefasto ejemplo.
ResponderEliminarPgmacias
Pgmacias