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jueves, 12 de junio de 2008

José Tomás

Plantado frente al toro inventas la batalla
Muleta y cuerpo ofreces en trágico dilema.
En cada acometida lanzas una moneda
Mientras la plaza clama, mientras el viento calla

Tus pies, son hincos hondos hundidos en Madrid,
Tus brazos, mecen lento el peso del toreo
Tu mente manda al cuerpo, quieto… quieto…
… Que cuando pase el toro, tú sigas siempre aquí

Le puedes al burel, pisando sus terrenos
Le puedes al dolor, ¡que ansias de morderte!
Le puedes a la vida más allá de la muerte
Le puedes al concepto, al tópico torero

Eres: jugar al toro más allá del abismo
Tus mitos son quietudes que arrancan dentelladas
Del alma colectiva de la plaza entregada
Las Ventas se convierten en alma de ti mismo

¿Qué piensas cuando vives al filo del pitón?
¿Qué ríes en la testuz del enemigo fiero?
¿Que sueñas cuando vuelves al cielo de tu abuelo
La mirada eterna, a la eterna afición?
Vuelves para quedarte en el alma de tantos
En el sueño de miles y en la verdad de esto
Vuelves para la historia del toreo y sus gestos
Vuelves con cuatro orejas y mi ausencia es mi llanto

Has vuelto redivivo a la plaza del mundo
Y el mundo ha vuelto a verte en torera apariencia
¡¡Has parido las artes!!..., ¡!has matado a las ciencias!!
Vuelves Tomás, más quieto…, más despacio:!profundo!

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