*""El villano Villán"* por Juan Lamarca*
¡¡¡Muera España!!! ¿Es esto lo que le hubiera gustado oír a Javier Villán cronista del diario "El Mundo" durante el minuto de silencio guardado en la Plaza de Las Ventas por el guardia civil Juan Manuel Piñuel asesinado por la banda marxista-leninista ETA?. Leyendo la crónica del villano Villán de la corrida del triunfo de "El Cid" así se podría pensar. Así lo contaba: "Al concluir el paseíllo se guardó un minuto de silencio en reprobación del criminal atentado de ETA; apenas habían transcurrido 30 segundos, el bocazas de turno gritó ¡Viva España!". Los matadores se mantuvieron firmes sin romper la formación y, en consecuencia, el minuto duró 120 segundos o más. Bien por los matadores que debieron de empezar a contar a partir del grito del* bocazas de las urgencias patrióticas "................." Cada atentado de ETA es un bajonazo a las aspiraciones del pueblo vasco y a la democracia. No es que esta democracia sea la mejor que puedan ver los siglos; pero es la que tenemos: mas buena, sin duda, que que la dictadura de las pistolas o el gorro cuartelero de un general infame".
El villano Villán se muestra quejoso de oír una expresión patriótica que brota desde el dolor, del alma de un español solidario, y le arroja con cobardía escondido tras una pluma, el término de bocazas. Comete la ruindad de no informar que miles de "bocazas" que llenábamos los tendidos respondimos al unísono el ¡Viva España! con un ¡¡¡ VIVA !!! atronador, espontáneo y emotivo. Durante los "120 segundos o mas", cuan largo se le hizo al villano, a los matadores no se les veía con cronómetro en mano y se mostraban en el ruedo en perfecta formación, montera en mano y cabizbajos, ofreciendo una actitud de respeto y dolor por la víctima perteneciente a un Cuerpo cuyo lema es "Todo por la Patria". ¿Sabrá el villano que para un guardia civil y para cualquier español decente, Patria no hay mas que Una? y, por si lo ha olvidado, la Patria es España, naturalmente, villano Villán.
A lo largo de esos "sufridos e interminables 120 segundos o mas" la emoción embargó el ánimo de todos los espectadores que allí nos encontrábamos, el de "los bocazas", no el del indignado villano. Porque el ruin mal informador parece no saber lo que se siente cuando un guardia civil, un policía o un militar ofrenda su vida por España, sí hombre sí, por nuestra Patria. El villano Villán, aunque a modo de mofa y escarnio, el grito de ¡Viva España! del bocazas de turno le atribuye carácter de urgencia patriótica; pues claro que sí, urgencia y necesidad es la que sentimos los españoles de que se respeten nuestros símbolos de identidad y que el ejercicio de los valores patrios sea una actitud natural y común entre todos los que habitamos esta piel de toro, y no sufrir desprecio y persecución por villanos como Villán. "Los bocazas" de Las Ventas con su ¡Viva España! ofrecíamos nuestro sentido homenaje a una vida ofrendada por España, víctima del terror alojado democráticamente en órganos de gobierno de no pocas instituciones conformadas para obrar y gobernar contra España y contra los españoles. Nuestro ¡Viva España! encerraba el ferviente deseo de que la sangre de Juan Manuel Piñuel fuera la última que se derramara, pero ya se verá como no será así mientras no se recupere el orgullo de ser español, de ejercerlo en libertad y en una España democrática, de verdad no esta, en una Patria común e indivisible como establece nuestra Constitución. El villano Villán, en su crónica taurina, abunda en la falaz semántica habitual tras la comisión de cada atentado etarra de anteponer a la verdadera víctima, que es el guardia civil, otra distinta como es "las aspiraciones del pueblo vasco y la democracia". Ya que lo expone podría haber explicado cuales son tales aspiraciones, qué entiende por pueblo vasco y cual es su concepto de democracia. No vaya a ser que nos confundamos y que lo primero represente la anti España separatista y en lo segundo se refiera a democracia, sí esa que tanto les gusta a tantos villanos progres, la tristemente conocida como democracia popular, la que no está presidida por un "general infame" sino por un benefactor de la humanidad, un comandante de la revolución para la felicidad del amado, mísero, hambriento y sojuzgado pueblo.
No se sabe cuando se va a morir el villano Villán pero, aunque sinceramente no es deseable, sería curioso comprobar si se le guardaría un minuto de silencio en La plaza de Toros de Las Ventas, y en su caso ver lo que gritaría algún "bocazas" en honor del finado, Viva España o....... Muera España. A lo mejor no se llegaba a los "120 segundos o más". En todo caso y abundando en ese imaginario viaje sin retorno es de suponer que el villano Villán, en evitación de que sus restos fueran inhumados en parcela próxima a la tumba de algún "general de gorro cuartelero", preferiría que fueran depositados al lado de la momia, esta de verdad, de algún demócrata popular con gorrilla de soviet de tan venerada memoria como fue el angelical Vladimir Illich. Ya sería mucho suponer, aunque la imaginación está para eso, que se les uniera en el mausoleo otro paladin de las libertades y derechos humanos como fuera el georgiano Josef, tan bueno que le llamaban "Papaíto". ¡Qué buen cartel!: Lenin, Stalin y Villán. ¡¡¡¡VIVA ESPAÑA !!!.... villano.
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