Jamon, Injusticia y mentiras de toros

Juanpedros en la preferia
y en semana de faroles
y en Resurrección, Juanpedros
(mismos bichos otros nombres)
se apuntan buenos y malos
las figuras, los mandones
noveles y consagrados
poderosos y artistones
Todos quieren los juanpedros
dirán que son los mejores
tres tardes, tres en Sevilla
seis toros seis y en pitones
treintayseis cuernos mandó
de la tierra de Camoes,
donde pasta Parladé,
y otros vienen de rebote
del Castillo de las Guardas
de las tierras de señores
de Jerez de la Frontera,

pero son "caprice de Dieu"

ni más ni menos, jamones,

y de que lugar mejor

que donde son los mejores,

ya que decimos jamon

vamos a decir de donde:

de Jabugo señor mío.

Vienen en grandes camiones
con grande parafernalia
pero con pocos pitones
pocas ganas de embestir
sosos y bobalicones
no son toros para plazas
son toritos de salones,
señoritos elegantes,
pisaverdes, pasmarotes,
azabaches en sus pelos
cojitrancos en sus trotes
se escobillan al salir
pierden mano en el capote
antes de sentir el hierro
en el morrillo, se oye:
“levanta el palo Manolo”
Que está listo ese Domecq,
no saben reescribir “puya”
estos toros artistones
que llegan a la muleta
sin apenas intenciones.
Pero “que arte”, si alguno
arranca en veinte ocasiones,
que deleite de embestida
que dulzura, que emociones
que pellizco, que placer
cuanto gusto a los señores
las señoras, que contentas
tema de conversaciones
caminito de la feria

le contaba a la Dolores

su amiga la Magdalena
“que el corazón se me encoge
Que el torito estaba en pie
Y el torero que va y coge
Y se arrima cerca, cerca
Donde el novillo le oye
Y le dice “eje” “vamos”
Y se dobla ¿Qué disloque”
Que entre el toro y el torero
Cabe solamente un coche
Ni el AVE ni la Giralda
Ni un paso con capirotes
Cuanta dicha, que emociones
Cuando lo cogió por bajo
Después de los tropezones
Y luego y a media altura
Y casi sin enganchones
El torero de mi gusto,
Fina estampa, que buen porte,
Lo llevaba y lo traía
Y la plaza decía ole
Y aquello fue una locura
Y vivan los toros y ole.
Y no lo de la otra tarde
Que me contaron, Dolores,
Que eran los toros manchados
Cárdenos decían por nombre
De Victorino Martín
Y un tal Pepín pobre, pobre
Dicen que se fue a poner,
loco como un monigote,
a la puerta de toriles
De rodillas, el capote
Tapándole la figura
Y el toro sale y lo coge
¡Claro si se pone donde
Tiene que pasar el toro¡
Que cosas tiene este hombre
También le partió la cara
Ay que toro más brutote
Y luego con la muleta
Lo sorprende en un derrote
Por quedarse quieto el niño
¿Quien le manda? tonto el bote
Con lo fácil que es quitarse
Paso atrás que no se note
Y el toro lo tiro al suelo
Y quiso matarlo entonces
Y la cuadrilla corriendo
Descompuestos, al galope
Y hasta Fererra y el Cid
Todos a quitarle el golpe
Y uno se agarro a la cara
Y le aguanto los derrotes
Por que si no lo mataba

que era un banderillero,

se llamaba Casanove
Y otro al rabo, los diez hombres
Por el suelo esparriados
Polvo y Sangre, que derroche
Los trajes de los toreros
Manchados tantos primores
Y se levantó Pepín
Y dicen que ni mirose
Cogió otra vez la muleta
Y en vez de irse, quedose
Y con las manos tan bajas
Que la muleta manchose
De albero de la maestranza
Toreo tres series sin pose
Con verdad y donsosura
Y la plaza vengas oles
Como si fuera normal
Que la sangre se derroche
Por que un torero cabal
No tenga miedo al azote
De la bravura de un toro
Con guadañas por pitones.
Ya te digo niña, ¡nada!
Luego lo mato, cuadrose
En el centro de la plaza
Y en derechura el estoque,
tiralíneas parecía
y se entregó en el embroque
Y hasta la bola la espada
La boca cerrada el zote
En el centro de la plaza
De pie como un pasmarote
Y el torero no quería
Que vinieran los capotes
A darle vueltas al toro
¡Con lo prontito que ponen
Al toro en el mismo suelo
¡Si le vuelven el cogote ¡
Pero el toro no caía
Miraba a Pepín, ¡que nombre¡
Como si fuera un extraño
Un héroe, un Dios, ese hombre
Que lo había dominado
Desde que salio al galope
Por la puerta de toriles
Hasta que lo pasó a estoque
En derechura y verdad
Y sin temer al embroque
Perder la vida es muy poco
Si en la balanza se pone
Un triunfo en la Maestranza
El año que se supone
Se va jubilar el mozo
De muletas y de estoques.
Y luego querían tres locos
Dos orejas para el hombre
Que no es de Triana niña
Ni de la Puebla, que corte

De Cehegin, pueblo de Murcia
que ni si quiera se donde.
Menos mal la presidenta
Que con buen tino y buen porte
Sólo le dio una orejita
Mejor que falte que sobre
Que la Maestranza, “mi arma”
Es plaza para señores
No para gañanes locos
Que se ponen y los cogen
A las puertas de toriles
Arrebujao en el capote.
Y forman un lío tremendo
Que el corazón se me encoge
De pensar que se marchó
Con una oreja en el bote.
Y decía uno al salir
Que aquel torero machote
Llevaba oreja de peso
Metida en el talegote
¡Como si hubiera orejitas.
Orejillas y orejones
Y el tal Pepin Liria, niña
Tuviera un par de c…!