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sábado, 19 de abril de 2008
FERIA DE ABRIL CON MAS SOMBRAS QUE LUCES
FOTO: burladero.com
Tal y como dice el título, ha sido una feria de luces y sombras, de gestos y de gestas, donde se han presentado un elenco de toreros para todos los gustos.
La primera semana denominada como torista por lidiarse toros de las ganaderías llamadas “duras” no pasará a la historia como recuerdo de grandes toros, pero sí por el mérito de algunos de los toreros actuantes. El viernes 28 se lidió una novillada de El Serrano que estuvo bien presentada y fue de carácter noble en general. Los chavales que fueron con toda la ilusión del mundo se fueron prácticamente de vacío por el mal resultado de su juego o de las espadas. Antonio Nazaré demostró que tiene valor y sabe torear con gusto y dejó buena impresión; el albaceteño Juan Luis Rodríguez no tuvo opción de nada aunque dejó patente que tiene la cabeza bien amueblada y que no se descompone ante nada ni ante nadie. Pero el toreo de verdad llegó de las muñecas del camero Oliva Soto, pupilo del maestro Manolo Cortés, en el quinto de la tarde. Toreó con gusto, temple, pellizco y todo el duende de la tierra del Faraón de Camas, pero colocó una estocada defectuosa que retrasó la muerte del novillo y por tanto la pérdida de triunfo. La segunda del ciclo fue de la ganadería de Joao Folques, ganadero portugués del hierro de Palha, en la que sobre todo resaltar el valor, el pundonor y el temple de un torero de Fuenlabrada apodado como el Fundi. Consiguió sacar faena de donde no la había a base de esfuerzo y de tragar, y de haber matado bien, hubiese conseguido la primera oreja de la feria. En el siguiente, en cambio, sí se la cortó rematada con una estocada que tal y como adelanté sería la mejor de la feria, como así ha sido. El mejor toro del encierro le correspondió a Jesuli de Torrecera, que tras una buena serie con la mano diestra no se acopló a su embestida, y la faena terminó tocada y hundida con el torero dentro del barco. La ovación se la llevó el toro Gatón, número 536 del hierro portugués. El tercero fue el colombiano Luis Bolívar que sólo pudo ponerle ganas y empeño sin poder sacar agua de un pozo seco. En la vespertina de rejones pudimos atisbar que tras Pablo Hermoso de Mendoza, que tuvo una actuación discreta en sus dos toros, viene seguido a escasos metros por un caballero con un concepto excelente como es Diego Ventura, que además, tiene una cuadra excepcional y que tiene un gran afán de superación, y así consiguió 3 orejas que pudieron ser 4. Fermín Bohórquez estuvo en su línea clásica y cortó una oreja. La corrida de Cuadri de Trigueros fue una decepción en cuanto a ganado se refiere, aunque estuvieron un aseado Sánchez Vara, un entregado Fernando Cruz y un convaleciente Iván García que realizó un gran esfuerzo. Al día siguiente con los “cebadas”, volvió a no pasar casi nada pues los toros no llevaban nada dentro de buenos modales, en lo que a embestida del toro se refiere. López Cháves anduvo por allí correcto, aunque no fue el lince de otras tardes. Pudimos ver a un Luis Vilches toreando con el gusto del toreo fino que corre por sus venas, además de demostrar que posee un valor seco, y toreó bien sobre todo a su primero, que después del tercio de varas se apagó definitivamente y sólo quedó pegarse el arrimón. El torero de los maestrantes César Girón pasó sin pena ni gloria por el abono. El hierro salmantino de Valdefresno también pasó por la feria de puntillas, sin hacer ruido, al igual que los actuantes en ese cartel, aunque el mejor lote fue desaprovechado por “El Capea”, saliendo por tercer año consecutivo con el esportón de trofeos vacíos y, seguramente quitando el sitio a otro torero que lo necesite más que él. Los Victorinos de momento han sido la “revelación torista” con un Pepín Liria emocionado por su entrega con el público de Sevilla y viceversa, que cortó una oreja de esas de mucho peso que el respetable consideró poco premio a tan duro gesto. Un Ferrera mucho más asentado y toreando con más gusto, que demostró ser un gallo de pelea que no se la deja ganar, y el Cid, de Salteras que estuvo muy bien en su primero, con su toreo de capa asentado y ese toreo con el tanque que tiene por mano izquierda, con dulzura, volviendo a demostrar el temple con posee, y recibió dos grandes ovaciones. La de Torrealta ha sido una corrida de muy bella estampa y de extraordinaria presentación, pero que no ha dado el juego esperado. Los mejores los del malagueño Javier Conde, que no los quiso ver ni en pintura. Y el sexto, que tuvo la mala suerte de caer en manos de Talavante que últimamente tiene un poco el rumbo perdido. A ver si espabila en la próxima.
En la décima de feria tuvimos sólo luces y por supuesto, el cartel de la feria, donde las figuras demostraron porqué a las figuras se les llama así. Y es que se lo ganan tarde a tarde, toro a toro, y pase a pase. El Juli dejó patente el gran momento personal y profesional de madurez por el que atraviesa, haciendo una “faena inventada” que no existía, y como con la espada es un cañón, pues cortó una importante oreja a un toro que acabó pudiendo. Miguel Ángel Perera realizó un toreo soberbio con su sello al sexto de la tarde, toro que parecía que no ayudaría al extremeño y que éste cuidó, mimó y sobó hasta hacerle una faena de las que hacen historia y afición. Se fue a los medios donde dio dos pases espeluznantes cambiados por la espalda, seguidos de pases de todos los estilos y colores para todos los gustos y como no falló por la espada recibió las dos orejas. José María Manzanares también corroboró el éxito del año pasado haciendo a su primera una faena basada prácticamente en la mano diestra, pases profundos lentos, hondos y desmayados, y con los que consiguió una oreja ya que el toro tardó en caer, si no, habrían sido las dos. Al día siguiente sólo pudimos ver destellos de “morantismo”, ya que Finito y Salvador Cortés no tuvieron suerte en sus lotes, ya que los toros del segundo hierro de Juan Pedro Domecq tampoco sirvieron. El 7 de abril fue una tarde horrorosamente anodina, llena de aburrimiento hasta que saltó al albero el sexto, donde Manzanares volvió a bordar el toreo bajo una manta de agua, toreo del caro y de cante jondo. Las corridas anunciadas para los días centrales de la feria fueron suspendidas por lluvia y jaleos presidenciales, así que tuvimos que esperar al viernes para que llegara otro chasco más, con el “tercer plato de jamón” prometido por el señor Canorea del hierro de Juan Pedro Domecq, que volvió a resultar rancio y de mal gusto. De esta manera nos dieron la última “juanpedrada” en la cabeza. Al día siguiente llegaron los mediáticos donde volvió a triunfar el Fandi en banderillas, y dejó entrever algo de toreo diferente El Cordobés. Rivera Ordóñez salió abroncado por su apática actuación en la única que estaba anunciado. En la matinal de rejones que también estuvo marcada por el mal juego de los toros de Benítez Cubero donde vimos el toreo clásico de Antonio Domecq, la espectacularidad de Andy Cartagena que cortó una oreja y a un entregado Álvaro Montes que le fue denegada la oreja. Volvió a triunfar Diego Ventura que cortó dos orejas, con un toro que si me apuran, incluso ayudó menos que los demás al jinete portugués afincado en Sevilla que realizó un toreo espectacular sobre todo a lomos de su caballo “Morante” que llegó e incluso a montarse literalmente encima de su único oponente a pecho descubierto. Para rematar el pastel con una guinda tuvimos la falta de casta y raza en la miurada final donde se la volvieron a jugar el Fundi, Padilla y un Javier Valverde que cortó una oreja después de tres horas de toros sin fondo, y baile de cabestros hasta en tres ocasiones.
Realmente ha sido una feria digna de análisis por parte de la empresa, que espero medite y sea consciente de los malos resultados de la feria sobre todo, en cuanto a juego ganadero se refiere.
CONCHITA RODRIGUEZ ORTIZ
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